por
General PNP (r) Carlos Rada Pérez
El accionar del crimen organizado en nuestro país se incrementa día a día, afectando la tranquilidad e incluso la vida de miles de peruanos, víctimas de la extorsión y el sicariato. Esta situación tiene lugar en medio de medidas insuficientes implementadas por el gobierno para enfrentar esta grave situación, que ha rebasado el ámbito de la seguridad ciudadana y se ha constituido en un tema de seguridad nacional.
En este contexto, me permito realizar un modesto aporte que, desde el lado de la Policía Nacional del Perú (PNP), puede ayudar a potenciar la lucha contra este flagelo, que tanto daño está causando a nuestro país, en términos de vidas humanas y de pérdidas económicas. De manera que, dado que hablamos de extorsión y sicariato, lo primero es fortalecer las capacidades de las unidades policiales especializadas en el combate de estos delitos.
Inteligencia y contrainteligencia
Las acciones de inteligencia y contrainteligencia deben estar a la orden del día en esta lucha, corriendo por cuenta de personal especializado. En ese sentido, se debe dotar de más fondos económicos a los órganos de investigación policial, teniendo como objetivo ponerlos a la altura de la ex Policía de Investigaciones del Perú.
Y, teniendo en cuenta que de por medio está la seguridad nacional, es preciso centralizar las acciones de inteligencia y contrainteligencia, a fin de apoyar las acciones policiales. Por lo que hay que buscar sinergias con la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y las agencias de inteligencia de las Fuerzas Armadas, tal como, con óptimos resultados, se hizo en la lucha contra la subversión.
Capacitación policial
Se debe acentuar, además, el estudio de Estado Mayor en las escuelas de capacitación policial, cosa a la que no se le está dando la debida importancia, razón por la que los mandos intermedios fallan en el ejercicio de sus funciones; evaluar a los mandos (oficiales generales y superiores), a fin de mejorar la efectividad de las acciones operativas de la PNP; y calificar, anualmente, y de manera rigurosa, a los oficiales y personal subalterno de acuerdo a la operatividad.
Asimismo, hay que redoblar la lucha contra la corrupción al interior de la PNP, en aras de detectar a personal policial implicado en la comisión de delitos, y hacer posible que la Inspectoría General ejecute sus funciones al máximo, controlando el Comando su accionar. Pero también hay que felicitar y premiar al personal policial que destaque en esta lucha, otorgándole, entre otras cosas, permisos y bonos, como medio de reconocer su esfuerzo y lealtad a la institución y al país.
Armas de fuego policiales
Otro tema es el de las armas policiales. Hay que incidir en las prácticas de tiro real para el personal (se puede practicar, inclusive, con tiro en seco), facilitar la tenencia de armas del personal por parte de la Dirección de Logística, y renovar, de manera automática, las armas inscritas del personal en actividad y en retiro, para que no se pierda tiempo en acciones administrativas.
Igualmente, es necesario ejercitar al personal de tránsito en el uso de armas de fuego, a fin de que pueda intervenir, rápida y efectivamente, en acciones contra la criminalidad en las que se pueda ver envuelto, dado que, muchas veces, los delitos de sicariato se cometen en calles y avenidas de alto tránsito. Estos policías son la primera línea de respuesta para repeler el accionar de estos delincuentes.
Mega operativos sistemáticos
Los mega operativos resultan cruciales en el marco de la lucha contra el crimen organizado. Además de realizarse, de manera intensiva, contra las motocicletas (con uno o dos conductores), se deben llevar a cabo para capturar indocumentados y delincuentes extranjeros. Sobre este último punto, se debe accionar, aleatoriamente, contra los migrantes colombianos, ecuatorianos y venezolanos, en aras de detectar y neutralizar el accionar de criminales dentro de ellos.
Estos mega operativos se deben priorizar en los sectores poblacionales, donde, frecuentemente, se están cometiendo los delitos de extorsión y sicariato, y aprovecharse también para afectar la venta de droga (mayoreo y menudeo), asunto vinculado a la inseguridad ciudadana. De paso, se deben efectuar patrullajes con perros y caballos, animales estos últimos a los que se debe preparar para que no se espanten ante el sonido de las armas de fuego.
De más está decir que estos operativos se deben realizar con un planeamiento reservado para impedir que se filtre la información.
Denuncias
Por otra parte, se debe emitir una directiva sobre la recepción de denuncias, poniendo énfasis en la reserva de los casos, a fin de evitar que lleguen a oídos de los extorsionadores. Al respecto, hay que preparar al personal policial para que busque patrones comunes que ayuden a la investigación en las denuncias de extorsión, así como capacitarlo en el uso de la inteligencia artificial, en aras de mejorar la rapidez y la efectividad de esta tarea.
Es preciso también fortalecer el acercamiento con los transportistas, quienes se quejan de que no se les informa sobre el avance de las investigaciones que lleva a cabo la PNP sobre el particular. Y, tal como ya se ha anunciado, prestar servicios de seguridad, en forma aleatoria, con personal vestido de civil en los buses. Esta medida, empero, no puede ser flor de un día, sino que debe ser permanente, hasta quebrar el espinazo del accionar extorsionador en este sector.
Coordinación con la Fiscalía
La relación de la PNP con la Fiscalía de la Nación es otro asunto a considerar, por lo que es necesario coordinar con ella en los procedimientos de denuncia, con el objetivo de evitar que los delincuentes apresados, con tanto esfuerzo, sean puestos en libertad y vuelvan a las andadas, en perjuicio de la sociedad. Mientas tanto, se debe realizar, aleatoriamente, un seguimiento y control de los delincuentes dejados en libertad por la Fiscalía y el Poder Judicial.
También se deben construir, urgentemente, más centros penitenciarios para recluir en ellos a más delincuentes, al tiempo que se alivia el hacinamiento carcelario. Pero mientras eso se concreta, se pueden construir penales transitorios, utilizando maderas y alambres de púas (los delincuentes no pueden permanecer en las calles). Asimismo, hay que encontrar una solución inmediata al tema de los celulares utilizados por los criminales en las cárceles.
Países vecinos
Finalmente, es imprescindible intercambiar inteligencia con las agencias de inteligencia de naciones limítrofes sobre el accionar de bandas criminales que operan en nuestros países, como es el caso de Brasil, Colombia y Ecuador. Además, se debe procurar que los agregados policiales emitan, mensualmente, informes detallados sobre las tácticas y estrategias que, contra la criminalidad, se adoptan en los países donde están destacados.