El general PNP (r) José Baella Malca, especialista en la lucha contra el terrorismo, demanda al Ejecutivo anticipar la acción del crimen organizado en Chancay, con miras a la próxima inauguración del mega puerto, ante lo que señala la urgencia de incrementar, sustancialmente, la dotación policial en esa ciudad. Igualmente, habla claro sobre la necesidad de devolver a la Policía Nacional del Perú (PNP) sus facultades de investigación, hoy en pugna con la Fiscalía, a fin de poder enfrentar, con eficacia, el embate del crimen organizado en el país, así como sobre la pertinencia de legislar sobre la figura de terrorismo urbano. 

¿Qué considera que se debe de hacer para evitar que la labor de la Policía Nacional se vea torpedeada por la Fiscalía?

Lo primero es establecer el marco legal para que la Policía Nacional recobre la facultad de investigación, eso es importante. Porque uno de los problemas de la inseguridad ciudadana, casualmente, es la puesta en vigencia del Código Procesal Penal a partir del año 2006. Con la acción de este Código, que garantiza los derechos de los delincuentes sobre los que los aprehenden, se ha perdido mucho en nuestra ciudad. Se ató las manos a la Policía, que no puede investigar y eso hay que explicárselo a la ciudadanía, en el sentido de que no se puede investigar desde un escritorio con una carpeta fiscal. Se investiga en el campo, en los hechos, interrogando, yendo al lugar y siguiendo una metodología de investigación policial para probar la verdad.

Hay una iniciativa en el Legislativo que intenta devolver las capacidades de investigación a la Policía Nacional.

Hay un proyecto de ley presentado por el congresista Fernando Rospigliosi, en el cual se cambian 32 artículos del Código Procesal Penal y eso significaría una situación efectiva para que la Policía retome la investigación del delito. No se le quita ninguna facultad al Ministerio Público, sino que esta entidad va a acompañar a la Policía desde el punto de vista jurídico, que es su función, y la Policía queda dentro del aspecto de la investigación material, que es su función de acuerdo a la Constitución y la ley. El año pasado, con motivo de las facultades que le dieron al gobierno, se presentaron algunos decretos legislativos, como, por ejemplo, el 1605 y 1606, y ahora el Ministerio Público ha presentado una acción constitucional ante el Tribunal Constitucional, precisamente, para evitar que esos dos decretos le devuelvan la facultad de investigar a la Policía.

Aunque se aduce un tema de jurisdicción, ¿cómo entendemos la actitud de la Fiscalía?

Esto es una corriente a nivel internacional que ha calado más en nuestro país y, lamentablemente, en su momento, desde el año 2006, la Policía no se ha fortalecido. Una de las principales especialidades que se tiene que fortalecer en la Policía Nacional es la criminalística y esto no se ha llevado a cabo. Tenemos un laboratorio de más de 60 años, no tenemos la tecnología y, lógicamente, este debilitamiento de la Policía viene de décadas. 

A cualquier organización en el mundo que le quiten 30 gerentes, que pasen al retiro 30 generales o, como en la época de (Francisco) Sagasti, le pasen 17 generales al retiro… Eso desestabiliza, no deja continuar el rumbo que se quiere como institución. El Código Procesal ha ayudado a la criminalidad organizada en el país. Se tienen que tomar cartas en el asunto, inmediatamente, para poder neutralizar esta situación.

Se dice que, al unificarse la Policía, hace más de tres décadas, se llevó a su mínima expresión a la investigación policial, pues teníamos más de 20 mil detectives y menor población y ahora tenemos el doble de población y menos de diez mil efectivos dedicados a la investigación. ¿Qué opina sobre ello?

Esa es una gran verdad y ese análisis es justo, porque lo que pasaba en el año 2000 no es lo que pasa ahora. Estamos en el 2024, hay una gran diferencia, el personal de detectives de investigación criminal ha ido disminuyendo. El hecho de que la Policía Nacional esté unificada es una fortaleza para los peruanos, el problema radica que dentro de la institución todavía no se definen bien las especialidades. Cada oficial y suboficial debe salir con sus especialidades de la escuela y pasar 35 años en esa línea de carrera. Eso va a fortalecer y hacer crecer cada especialidad, porque cada uno se va a dedicar a lo suyo. Tenemos especialidades principales como Investigación Criminal, Criminalística, Laboratorio, y es importantísimo para este Código Procesal Penal. Tenemos inteligencia y sin inteligencia no funcionan los otros aparatos, ni tampoco la prevención. Hay que fortalecer a cada uno en su campo, como lo era en alguna oportunidad la Policía de Investigaciones, que tenía cuatro especialidades y cada uno sabía cuál era la suya y en eso trabajaba sus 35 o 40 años dentro de la institución.

Eso ha dejado espacio para que la criminalidad pueda organizarse, incluso penetrar la estructura de la propia Policía Nacional.

La Policía hace grandes esfuerzos a pesar de las pocas herramientas que tiene. Nos falta logística, infraestructura, tecnología de la información y comunicaciones, capacitación especializada. Mientras que los delincuentes utilizan la tecnología, la Policía tiene que estar siempre por encima, porque de lo contrario nos ganan. Hay que hacer un mea culpa en el sentido que, internamente, hay muchos elementos que no deben entrar en la institución. El policía que cruza la línea debe ser expulsado de ella. No puede valerse de recursos constitucionales o acciones de amparo para volver a la institución. Una persona que quiebra los valores, los principios, debe ser drásticamente sancionada y extirpada de una institución como la Policía Nacional.

Considerando esta situación y el creciente accionar del crimen organizado en el país, ¿qué tan cerca estamos de “ecuatorianizarnos”?

Estamos muy cerca. El problema es que el gobierno no asume su responsabilidad. No hay voluntad, decisión política. El nuevo ministro (del Interior) está asumiendo un liderazgo y todos esperamos que le vaya bien. Él conoce la institución, es parte de la familia policial y ha dicho que estamos en una crisis. Sí, pero esa crisis la solucionamos dándole el presupuesto necesario al sector, invirtiendo en seguridad, porque de lo contrario la criminalidad nos encima y podemos estar como Ecuador o como otro país mucho más problemático. Tenemos que tomar alguna acción de inmediato.

¿Cómo hacer para que la lucha contra el crimen organizado sea asumida, realmente, como un tema de Estado y no como algo que solo compete a los gobiernos de turno?

Hay que sentarse a la mesa con todos los actores: Poder Judicial, Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Policía, Ministerio Público, Sociedad Civil. De tal manera que nos pongamos de acuerdo. Primer paso, la estrategia integrada, la cual tiene que fortalecer a la Policía con todos los medios logísticos. Segundo paso, devolver la investigación criminal a la Policía. Esto es necesario, porque de lo contrario vamos a seguir igual, esto es, se captura a un delincuente y se le pone a disposición de la Fiscalía y sale en libertad por el modelo garantizado que tenemos. Tercer paso, legislar sobre el terrorismo urbano, que es una situación especial que causa zozobra en la población, con los secuestros, la voladura de torres, etc. Si legislamos y le damos quince días para investigar a la Policía y al Ministerio Público, cuando son organizaciones criminales, exigimos que haya prisión preventiva. La presidenta (Dina Boluarte) dijo que iba a construir cárceles el año pasado y hasta ahora no veo ninguna cárcel nueva. Todos tenemos que sentarnos y tomar decisiones para poder ir por buen camino y que la criminalidad no nos rebase.

¿Cree que se podrá conseguir esa concertación para enfrentar a la criminalidad?

Estamos lejos, no hay liderazgo. Miremos lo que pasó en El Salvador, donde el presidente asumió un liderazgo e hizo las cosas bien en base a una estrategia, que empezó comprando un laboratorio de 35 millones de dólares para la Policía: eso es voluntad política. Ecuador es otro ejemplo. Su presidente asumió la responsabilidad y el Congreso apoyó a la Policía y a la Fuerza Armada para que puedan contrarrestar el tráfico ilícito de drogas que había tomado toda la estructura de ese país: eso es asumir un liderazgo. Pero acá no se avizora que haya una situación así, tenemos un secuestro por aquí, una extorsión por allá y, a nivel nacional, declaramos zonas de emergencia que no funcionan, porque la criminalidad está en aumento.

Se viene una etapa muy provechosa para el país, por el boom portuario. China ha tendido aquí un puente que va a traer mucho desarrollo, infraestructura vial, porque es un nexo entre China y Brasil, dos gigantes. Deberíamos sacar provecho de esta situación, ahí está el mega puerto de Chancay, pero se advierte también que eso traerá criminalidad. ¿Estamos preparados para enfrentarla?

Definitivamente no. Acá hay dos realidades. Una, la del puerto de Chancay, que va a ser un puerto sistematizado, con tecnología, vamos a ser los mejores en Sudamérica en cuanto a la carga que vamos a recibir y los barcos que van a ingresar, trayendo un beneficio económico para la población, sobre todo en Chancay. El problema está fuera del puerto, pues no nos hemos preparado: Chancay va a resultar en las ovejas y los lobos van a venir a querer comerlas. Los lobos son los secuestradores, los extorsionadores, los traficantes de drogas, el sicariato, la prostitución y todos los delitos que se pueden ver en el Callao. El Estado, que en este caso sería el pastor de las ovejas, no está haciendo nada para prepararnos y ya se inaugura el puerto en noviembre. En estos momentos, Chancay tiene 60 mil habitantes y se calcula que para el próximo año va a tener medio millón por lo menos. El alcalde (Juan) Álvarez necesita apoyo, está tocando las puertas de todo el mundo y no le hacen caso. Necesitamos una división policial en Chancay de, por lo menos, 400 efectivos bien capacitados.

Le están llamando la Hong Kong de Sudamérica.

Claro y los peruanos todavía no miramos la realidad, que nos va a encimar si es que no tomamos las medidas de prevención. Hay que alertar al Estado para que tome acciones. No se trata solo de crear comisiones en el Congreso, hay que dar soluciones inmediatas.

¿Por dónde se puede empezar a atender eso?

El Estado tiene la responsabilidad de brindar paz y tranquilidad a todos los peruanos. El problema es que se tienen que ejecutar acciones y se tiene que empezar por la seguridad. Yo, como empresario, veo que va a haber secuestros, extorsiones, entonces no voy a invertir, porque no voy a vivir tranquilo. La seguridad es el colchón para que todos vengan a invertir sin problemas, en hoteles, ya que en Chancay solo hay hostales. Los empresarios que vengan de Brasil se van a tener que ir a hospedar a Lima por la falta de hoteles en la zona. Hay que pensar en el futuro.

Los líderes políticos e incluso los medios de comunicación no se enfocan mucho en el tema preventivo.

La prevención es tomar una serie de acciones para que no ocurra el delito, para que los delincuentes vean que hay cámaras de seguridad, C2, C3 y C5 tipo Ecuador o México. Entonces, la prevención es anticiparse a lo que puede suceder en base a una perspectiva, un estudio, un análisis de seguridad. Pero esas son las condiciones que tiene que crear el Estado para que la gente pueda invertir, para que la gente pueda ir y ver el puerto que está entrando un barco de 20 mil contenedores que nunca hemos visto. Para eso tiene que crear las condiciones, específicamente, darle apoyo al alcalde con un plan de desarrollo urbano, de tal manera que sea sostenido en el tiempo bajo las condiciones de seguridad. Tenemos una comisaría con sesenta efectivos, una cantidad insuficiente para un mega puerto. Los peruanos solamente hacemos perspectivas, escribimos, pero no vamos a la realidad, a ver lo que se tiene que hacer y ejecutar de inmediato.

¿El Ejecutivo, entonces, debería centrar más atención en este caso?

Claro, poner los ojos sobre Chancay y crear una comisión de emergencia. A la Policía Nacional le han donado un terreno de cuatro mil metros para hacer una división policial, lo que es excelente si no fuera porque que su inauguración está programada para el 2026. Mientras tanto, hay que tomar acciones y eso lo tiene que hacer el Ejecutivo, el primer ministro, liderar esa situación. Una comisión especial de emergencia para poder apoyar al alcalde de Chancay. Tengo entendido que hay un complejo de cuatro mil viviendas que quieren construir allá, el problema es que no hay agua. Entonces, hay que prestarle atención a eso. El desagüe que desemboca en el mar tiene solamente un kilómetro, cuando debería tener cinco. Y el puerto se inaugura en noviembre. No solo se trata de ir y darse la mano con el presidente Xi Jinping, se trata de dar las condiciones en el distrito también.