Aunque muy poco se difunde el rol que desempeñó la Fuerza de Submarinos de la Marina de Guerra del Perú en el retorno de Tacna al seno de la patria, la historia sobre la inventiva e ingenio peruano alcanzan su exacta dimensión al conocerse hechos, cuyo registro histórico, debe mantenerse en la memoria colectiva como motivo de orgullo sobre nuestras capacidades. ¿Sabía usted que el célebre submarino alemán Tipo 209 fue, prácticamente, una concepción peruana? Asimismo, en la actualidad, la Marina desarrolla tecnología propia para surtir elementos vitales a nuestros sumergibles de fabricación alemana, situación que será potenciada aún más, con la llegada de la tecnología coreana. El Contralmirante (r) Guillermo Soriano Lindo, ex comandante de la Fuerza de Submarinos, conocedor e investigador de la historia de estos ingenios navales, brindó su importante testimonio para Política y Estrategia.
Blume y el inicio de la historia
¿Qué representa la fuerza de submarinos para el Perú?
Opino que es una fuerza naval vital para la seguridad nacional por su elevado valor disuasivo en tiempo de paz.
Cuéntenos un poco la historia de la fuerza de submarinos.
Nuestra historia empieza con la adquisición de los sumergibles Ferre y Palacios. La construcción se encargó al Astillero Schneider, ubicado sobre el rio Saona en Francia en 1910. El primer sumergible debió entregarse en noviembre del mismo año, pero surgió el inconveniente de como transportarlo al Callao. La autonomía del sumergible no le permitiría cruzar el Atlántico. Entonces hubo una demora en la entrega. Sin embargo, las dotaciones ya se encontraban desde fines de 1910 para recibir instrucción y capacitación en los sumergibles de la Marina de Francia.

La decisión de adquirir los sumergibles fue una decisión del presidente Leguía para contar con una Armada capaz de disuadir el poder naval de Chile, con la finalidad de exigir a este último, el cumplimiento del plebiscito en las cautivas provincias de Tacna y Arica, y definir su permanencia o retorno al Perú. El plebiscito era de cumplimiento obligatorio por parte de Chile desde 1893.
Desde agosto de 1911 el teniente Theron de la Marina de Francia se encontraba a cargo de la instrucción y entrenamiento de las tripulaciones y a cargo de la Estación de Sumergibles. La instrucción se daba en la Escuela Naval a quienes deseaban ser submarinistas, y luego a bordo de los sumergibles, terminaban su capacitación.
La vida operativa de estas unidades fue corta debido al estallido de la IIGM que afectó el normal suministro de repuestos, particularmente las baterías que estaban agotadas. En 1920 fueron dados de baja del servicio.
Don Augusto Leguía en su segundo gobierno encuentra que el problema de las provincias de Tacna y Arica no había sido resuelto. Emprende una estrategia para resolver el problema pendiente con Chile. Recurre al gobierno de los EEUU de NA para que actúe como árbitro en el cumplimiento del plebiscito. Y también ordena la construcción de 2 submarinos tipo R en 1924. Después en 1926 ordenó la construcción de 2 más, incluyendo la construcción de la Base de Submarinos en la Isla San Lorenzo. Los primeros submarinos “R-1” y “R-2” arribaron al Callao en 1926 y los “R-3” y “R-4 en 1928.

En 1929 se firmó el Tratado de Lima definiendo la situación de las provincias cautivas Tacna y Arica.
Durante el gobierno del General M. Odría, se ordenó en 1951, la construcción de 2 submarinos tipo “S”. Los cuales arribaron al Callao en 1954. Y en 1955 se ordenaron 2 submarinos más. Sin lugar a duda, la visión de Estado fue la de relevar los 4 submarinos tipo “R” manteniendo así el poder disuasivo de la fuerza de submarinos.
¿Cuándo se gestó la idea de utilizar un submarino en el Perú?
Fue en 1864 con el Ing. Federico Blume, un ingeniero de origen danés que estudió en Alemania para ser ingeniero hidráulico y especialista en ferrocarriles y que vino especialmente al Perú para la construcción de los ferrocarriles entre 1850 y 1860.
Cuando España envía una Expedición Naval al Perú con fines científicos supuestamente, realmente vino a cobrar una indemnización por nuestra independencia y capturó las islas Chincha, que eran fuente de la riqueza económica del momento, con el guano. El gobierno de turno no disponía de medio naval alguno para enfrentar y recuperar las islas. Es entonces que el Ing. Blume concibe una suerte de sumergible capaz de aproximarse a las naves españolas surtas en puerto, y dejar una mina para hundirlas. Su idea la plasmó en planos y los entregó al gobierno para su desarrollo. Lamentablemente el gobierno no dio la prioridad y acaeció el combate 2 de mayo, dando por terminada la amenaza naval española, y con ella la idea primigenia del Ing. Blume.
Y en 1879 cuando se estaba en guerra contra Chile, el Ing. Blume nuevamente plantea su idea del sumergible, pero esta vez desarrolla un prototipo con sus propios recursos.
Algunos creían que era peruano…
Era danés. Se casó con una arequipeña doña Enriqueta Corbacho. Al parecer, él no tenía una suerte de identidad nacional propiamente dicha, porque nació en la isla Santo Tomás en las Antillas de Dinamarca, que no era propiamente el territorio de Dinamarca, entonces imagino que él no sentía una identidad con ese país… pero sí desarrolló un afecto especial y una identidad con el Perú. Ello posiblemente a raíz de su matrimonio con la dama arequipeña y con el nacimiento de su hijo, con el hecho de comprometerse con la cultura de nuestro país, lo que determinó en él, un sentido de nacionalidad.
Entonces él vino a construir ferrocarriles…
En efecto, desde 1857. Entonces, cuando nuestro país tuvo el conflicto en 1864 con España y la escuadra española toma el control de las islas de Chincha, Blume sintió la necesidad de hacer algo por el país.
¿Qué hizo?
Él se preguntó “¿cómo puedo hacer para construir un sumergible que pudiera ir, subrepticiamente, debajo de los buques españoles y colocarles una mina?”, y así en 1864 cuando la escuadra española era muy poderosa Blume le presenta los planos de su idea al gobierno peruano.
¿El gobierno acogió sus ideas?
Lamentablemente el gobierno no tomó en cuenta su iniciativa y el conflicto acabó con el combate el 2 de mayo, en 1866. Hay una entrevista que le hacen a su hijo entre la década de entre 1920 y 1930, en donde él manifiesta que los planos que desarrolló su padre fueron a parar a otras manos que, finalmente, decantaron en un experimento que hizo el gobierno en la Punta – Callao que, lamentablemente, no prosperó.
Entonces no continuaron con el proyecto.
No se continuó. He tratado de correlacionar de dónde le nace a él esta idea. Cómo así le brota esa idea, y no hay mayor asidero. La motivación de los franceses, por ejemplo, es la novela de Julio Verne “20,000 leguas de viaje submarino” eso motiva a la Escuela Joven (Jeunne Ecole) de los marinos franceses a desarrollar nuevas tecnologías para impulsar o crear nuevas estrategias de combate naval. Después de la novela de Julio Verne ellos empiezan a construir submarinos con objetivos bélicos, militares, no para investigación. Y eso fue de 1870 para adelante, pero Blume concibe esa idea en 1864.
¿Existió algún otro precedente, antes de Blume?
En 1850 se sabe de un alemán quien, ante las constantes guerras con Dinamarca, concibe la idea de un sumergible para atacar a la escuadra danesa que constantemente burlaba a los alemanes. Entonces se hizo un experimento construyendo un sumergible, pero se hundió des pues de unas pruebas. Lamentablemente esa iniciativa no prosperó, pero los alemanes pueden decir que desde 1850 ellos tuvieron primero esa iniciativa, o al menos desde esa fecha. El artefacto naval fue reflotado y está en algún museo. Ahora, si ese hecho llegó a los oídos del señor Blume, explicaría su inventiva. También durante la Guerra de independencia norteamericana hubo un intento de crear un submarino Y eso es algo que también pudo influir en las ideas, en las proyecciones que hizo Blume para que desarrollara esa iniciativa.

Motivado, también, por la Guerra del Pacífico…
Lo cierto es que cuando estalla la guerra con Chile, él ya era jefe de mantenimiento de ferrocarriles en la sede de Paita. Entonces él, teniendo ya las herramientas (los talleres de mantenimiento para la línea ferroviaria) y la disposición para construir un sumergible, en lugar de llevar los planos al gobierno, decide hacer un prototipo, con su propio peculio. Fue así como en setiembre de 1879 él hace pruebas con ese prototipo de sumergible en Paita, esta vez con autoridades locales como testigos en ese puerto, para convencerlos. En octubre se pierde la campaña en el mar y el gobierno de Piérola no le tomó importancia a ese proyecto. Pero insiste ante el presidente Piérola y logra trasladarlo al Callao y lo someten a pruebas en la Dársena. En 1880 la escuadra chilena bloqueaba el puerto del Callao con la finalidad de obligar la rendición del Estado Peruano. En diciembre de 1880 el sumergible estaba listo para operar, pero cuando ordenan la misión, la escuadra enemiga se alejó de la bahía evitando el ataque inminente. Es muy probable que su red de espionaje los alertó. Ya en enero de 1881 Piérola aceptó la rendición y en la víspera ordenó hundir todo artefacto naval para evitar caiga en manos del enemigo, incluyendo el sumergible del Ing. Blume.
Para variar, con Piérola…
Así es. Pero él continuó: mandaba cartas, iba a Palacio de Gobierno para ser escuchado, hasta que por fin logró que lo acepten.
Convenientemente, alguien los alertó a tiempo…
Así fue. En la víspera, cuando ya estaba todo preparado los chilenos se alejaron y lamentablemente como la propulsión era manual, no se podían dar abasto para cubrir tanta distancia.
Otra gran oportunidad perdida…
Lamentablemente. En 1881 Piérola acepta, entonces, la perdición de la guerra por parte del Perú. Al día siguiente de esa declaración, Blume acude a ver su prototipo y ya lo habían hundido. Entonces, yo no sé por qué él no contactó con los marinos, o estos no tenían esa visión del sumergible, porque todo ese esfuerzo se dio a nivel de gobierno y del ministro de guerra, y no hubo una continuidad. Entonces este proyecto se perdió. Sin embargo, hay una carta que Blume le envía en 1884 a Piérola, en donde deja un mensaje muy profundo, al solicitar, “otra vez apoyo para continuar con el proyecto del bote submarino, sin éste, el Perú está perdido porque jamás podrá sacudirse del yugo de Chile, esa república no permitirá nunca la preponderancia marítima del Perú. No lo olvide usted, que la guerra se ha perdido por carecer de marina adecuada. Chile tiene ahora recursos para impedir que el Perú posea una marina moderna; conozco que aquí hay riquezas colosales, pero están en estado y para hacerlas efectivas es necesario de paz y oro, y ni uno ni lo otro se conseguirá ahora, ni nunca, sin el dominio del mar”.
Federico Blume era un visionario…
Era un visionario, un estadista… cuando leí esa carta, me pareció como si él hubiese viajado hacia el futuro, porque todo su razonamiento tiene una vigencia increíble en la actualidad.
Habla de los recursos latentes que hoy día estamos disfrutando y que tenemos que custodiar de las amenazas. El otro aspecto de los submarinos que yo correlaciono es una continuidad en esta estrategia. Cuando se han adquirido submarinos, fue para solucionar problemas de defensa, de la seguridad nacional.
Cómo se construye la disuasión
Fuera de iniciativas como la de Blume…
El tema del submarino de Blume fue un aporte personal, fue una propuesta de él, no fue una iniciativa del Estado. Pero en 1908 durante el gobierno de Leguía, teníamos problemas limítrofes con Ecuador, con Colombia, con Brasil, con Chile… Entonces, Leguía comprendió que mientras tengamos problemas limítrofes con nuestros vecinos, el desarrollo no será prioritario. El tema del Ecuador se había derivado, en arbitraje a la corona española. Entonces el Ecuador se entera que la corona iba a dar un fallo favorable al Perú, y fue así que denunció el arbitraje.

Empezaron los problemas…
Así las cosas, se abre el escenario de tensión militar con Ecuador. Al tenerse en cuenta, también, que estaba pendiente el tema del plebiscito para la devolución de Tacna y Arica (proceso que debía haberse realizado en 1893), el problema era que no había poder militar para exigir a Chile que realizara ese proceso, en tanto ellos estaban “chilenizando” Arica y Tacna. Los chilenos nos ignoraban por completo. En ese tiempo el Perú no poseía armada ni fuerzas terrestres… no tenía nada. Pero Leguía entendió que debía hacerse algo. Fue entonces cuando recibió la asesoría de una misión militar francesa (que posteriormente se encargaría de la organización de la Escuela Naval) que sugiere adquirir torpederas rápidas y ligeras, para atacar de noche, y sumergibles para atacar de día. Con ello se presionaría a Chile para que llevara a cabo el plebiscito.
Un plan muy interesante…
En efecto. Ya en 1905 Francia estaba construyendo submarinos. Desde allí nace la idea de usar estos ingenios navales. Leguía firma el contrato en 1909 y se efectiviza en 1910 la construcción de dos sumergibles con un astillero privado de Francia. Todo esto se hace en forma secreta. Yo he investigado y buscado en los periódicos de la época información sobre esos hechos y solo he logrado conseguir las fotos de la botadura de esos sumergibles, en donde había muy poca gente en esa ceremonia, debido al carácter secreto de esa adquisición que hizo el Perú para poder contrarrestar el poder naval de Chile y exigirle realizar el plebiscito de Tacna y Arica.
Una acción bastante bien elaborada…
El tema era que, si el Perú adquiría cinco buques, Chile podía adquirir diez, entonces la idea era poseer algo más disuasivo y más efectivo contra lo que ellos no tenían, como eran los sumergibles. El Perú se convierte en el primero en contar sumergibles en Sudamérica. En 1914 inicia Brasil y hay noticias que los chilenos también quisieron adquirir submarinos en ese año, pero cuando colocan esa orden de compra, se inicia la Primera Guerra Mundial. Entonces, los sumergibles que encargaron construir, pasaron al inventario militar para la guerra en Europa, material que, luego de acabada la conflagración, se los reponen, en 1917.
Los astros se alinearon en favor del Perú…
En realidad, los dos sumergibles que adquirió el Perú, no bastaron para disuadir a Chile para que llevara adelante el plebiscito. Cuando Leguía vuelve en 1919, él retoma el tema del plebiscito de Tacna y Arica. Fue entonces cuando él gestiona ante Estados Unidos, la construcción de 4 submarinos para el Perú. Empiezan a llegar desde 1924 hasta 1929. ¿y cuándo se firma el Tratado de Límites con Chile?… en 1929.
La fuerza de submarinos fue decisiva para la firma del Tratado y el retorno de Tacna al Perú.
Leguía consolidó un poder naval bastante disuasivo, pese a que Chile, según reporte del “Jane’s Fighthing” de la época, poseía una poderosa flota naval. Ellos tenían un acorazado, La Torre. Entonces, para la época, Leguía sabía a qué se enfrentaba.
Una situación bastante complicada…
Por ahí tengo una foto de 1930, cuando se finiquita el tema de Tacna y Arica, viajó el crucero Grau y los cuatro submarinos “R” a Valparaíso: era una forma de mostrar que había una nueva relación de paz entre ambos países, pero también era una forma de demostrar la capacidad que tenían nuestras naves para llegar hasta allá. El recibimiento fue apoteósico, en donde se iniciaba una etapa de amistad.
Hubo una muestra de disuasión implícita…
Se puede inferir que fue un hecho razonable, pero a la vez un mensaje disuasivo.
En la época del gobierno del General Odría, ya los submarinos “R” tenían más de 30 años en servicio y no habían sido modernizados. Habían participado de apoyo los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, vigilando la costa norte, en donde existía una amenaza de que los japoneses pudieran tomar Talara, para reabastecimiento de combustible en el contexto de la guerra. Entonces nuestros submarinos patrullaron la zona en esa época. Es por ello que la marina norteamericana guarda una suerte de agradecimiento a ello.
Cumplieron con su misión por el bando de los aliados…
Es correcto.
El General Odría durante su gobierno, se dio cuenta que el mar necesitaba una adecuada atención. Tenía un ministro de Marina que era el Vicealmirante Roque Saldías, un marino visionario que se ganó la confianza de Odría, y fue quien decidió relevar los submarinos e impulsó la adquisición de los submarinos Tipo “Sierra”, que fueron los últimos submarinos norteamericanos construidos para exportación… a ningún país más construyeron. Iniciaron su línea de construcción de submarinos nucleares. Es decir, cuando estaban construyendo nuestros submarinos, ellos lo hacían simultáneamente con el USS “Nautilus”, de propulsión nuclear.
Entonces tuvieron una deferencia especial con el Perú, para entregar su último lote de exportación.
En efecto, después de los cuatro “R” y los “Sierra” que construyeron para nosotros, fueron los últimos para exportación. Y como una suerte de compensación, nuestros cuatro submarinos “R” viajaron hasta EEUU, para que fueran modernizados, instalándoles radares y sonares… hay una anécdota con ocasión del viaje. Un marino norteamericano gestionó una visita con una delegación a nuestros submarinos y quedaron impresionados por el buen estado de conservación y mantenimiento de nuestras naves, a pesar que ya tenían más de 30 años de antigüedad.

Se quedaron impresionados por el prolijo mantenimiento de las naves…
Así es. Cuando se dan de baja a los submarinos “R”, se suponía que los nuevos cuatro, “Sierra” iban a reemplazar a los cuatro anteriores. Pero no fue así: tuvimos ocho sumergibles operando, los nuevos y los “R” que llegaron modernizados, y quedaron operando buen tiempo. Entonces, hubo estudios para reemplazar los “R” modernizados, que se hicieron durante la época del gobierno del Arquitecto Belaúnde. Pero vino el golpe militar de 1968, y el estudio quedó paralizado. Ya se habían contactado con proveedores de Suecia, Italia, Francia, Estados Unidos y Alemania, demandando características particulares, pero el gobierno militar tenía otros objetivos.
La gestación del “Tipo 209”
Recuperar Tarapacá…
En efecto. Y creo que fue una táctica de él, para mantener ocupadas a las Fuerzas Armadas, en recuperar Arica y Tarapacá, cuando se cumplieran los cien años de la Guerra del Pacífico.
Los alemanes se interesaron, pero tenían submarinos de 500 toneladas, como limitación después de la Segunda Guerra Mundial. Se les planteó submarinos oceánicos, que desarrollaran velocidad en inmersión más de 20 nudos. Los alemanes respondieron que sólo podían ofrecer naves de 500 toneladas, y una velocidad de catorce a quince nudos.
¿Y qué ocurrió?
Se diluye el tema. Y cuenta un submarinista –que había participado en ese planeamiento, y lo nombran Agregado Naval en Londres–, y fueron a visitarlo unos alemanes del Instituto Gabler, y le dijeron “Almirante, usted quería un submarino de estas características, tenemos los planos”. Le llevaron los planos y que, merced a los requerimientos que se habían hecho inicialmente, los planos indicaban que la nave podía desarrollar velocidades superiores a los 20 nudos. El proyecto estaba denominado “4903” y se constituyó así en el nacimiento del Submarino Tipo 209.
Ello ocurrió entre los años 1968 y 1969…
Exacto. El Instituto Gabler y el Astillero HDW de Alemania ofertaron el nuevo submarino y fue adquirido por Grecia y Argentina en un inicio… luego lo adquirimos nosotros. El 209 fue un “boom”. Acá, en América Latina, posteriormente lo compraron Ecuador, Brasil, Colombia y después Chile. Tuvo gran acogida el 209.
Entonces, el 209, casi, casi, fue una invención peruana…
Así fue, prácticamente. Así fue la historia.
En las décadas de los 80 y 90 las prioridades del Estado fue derrotar la subversión terrorista y después el desarrollo el país, por consiguiente, los planes de modernización a media vida operativa, tuvieron que ser postergadas.
Sin embargo, se derrotó al terrorismo…
En efecto, durante el gobierno del Ing. Fujimori, se vence al terrorismo y se empieza a reactivar la economía. Eso era lo prioritario, pues ¿cuál era el caldo de cultivo del terrorismo? La pobreza. Entonces se trabaja en ese sentido hasta llegar a una época en donde la economía empieza a resurgir y, con ello, la necesidad de recuperar la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas.

El problema fue que, cuando estalló el conflicto del Cenepa, el país se vio obligado a adquirir material sobre valorado…
Bueno, cuando uno está en conflicto y luego se ingresa en una etapa de “alto al fuego”, los Estados bloquean toda compra de armas, para mantener una neutralidad en el conflicto. Sólo restaban echar a andar unos mecanismos, como recurrir al mercado negro. Por ejemplo, ni Rusia, ni Bielorrusia, tenían que someterse a las directivas de Estados Unidos, o a los garantes del conflicto. El problema era cómo traer el material.
Fue la situación que enfrentamos como consecuencia de la falta de previsión. Si el Estado no hubiera permitido que el material de guerra se deteriorara, no habríamos necesitado adquirir armamento en el mercado negro o con sobre precios.
Además, Argentina, a quien considerábamos un amigo incondicional, le vendió armas al Ecuador. La inteligencia de la Fuerza Aérea advirtió que, siendo garante, envió armas al Ecuador.
O sea, el gobierno de Argentina queda al descubierto…
Efectivamente, eso nos deja una lección, que no debemos olvidar. Nuestro objetivo debe ser la disuasión.
¿Cuál es el verdadero trasfondo de todo esto? ¿Se trata de una falta de patriotismo o hay intereses más profundos?
Podría decirse que hay un intento deliberado de debilitar o incluso eliminar a las Fuerzas Armadas. Hoy los conflictos entre Estados se manejan principalmente por la vía diplomática. Luego los organismos internacionales intervienen, frenan escaladas. Uno podría pensar que con eso basta para garantizar la paz, pero no es así. Veamos los conflictos de Ucrania contra Rusia. O el conflicto que sostiene Israel. Los organismos internacionales no han tenido la capacidad de imponer la paz. Entonces hay que estar preparados. Opino que quienes se oponen hoy en día lo hacen por figurar en la política o mantienen intereses ocultos.
¿Qué papel juega la presidente en medio de este escenario de tensiones políticas?
Ella es la Jefe Suprema de las Fuerzas Armadas y como tal tiene la responsabilidad constitucional de velar por la seguridad nacional.
¿Qué puede contarnos sobre el desarrollo de submarinos y la participación del Perú en este ámbito?
Con la adquisición de nuevos submarinos se gana conocimiento de la tecnología y principios de funcionamiento de los equipos y sistemas por integrar, recibiéndolos inicialmente en la fábrica. Entonces hay una transferencia tecnológica. No sucede ello si se adquieren unidades de segundo uso.
Con el tiempo se gana experiencia en la operación, en el mantenimiento preventivo y en las reparaciones. Con el tiempo se investiga de nuevas tecnologías que pueden mejorar la performance de los equipos y sistemas. Y mediante el apoyo de la investigación y desarrollo se construyen equipos de reemplazo a un menor costo y consumo energético. Esto último es muy importante para el submarino pues reduce la tasa de indiscreción por carga de baterías.
En la modernización que se está llevando a cabo en el SIMA, tengo conocimiento que se han integrado sistemas construidos íntegramente en el Perú, lo cual evidencia la competitividad que se ha ganado en este ámbito.
¿Hubo una alternativa viable para que los submarinos se construyeran o ensamblaran en territorio nacional?
El astillero alemán HDW, constructor de nuestros submarinos anteriores, ofrecía hacer todo en Alemania. Hacerlo en el país demanda una fuerte inversión para la implementación del astillero SIMA. Con el proceso de modernizar nuestros submarinos en el Astillero SIMA, esta inversión ya se ha llevado a cabo. Ello ha permitido realizar la modernización enteramente en el país con una asistencia del Astillero Thyssen de Alemania para los procesos complejos como fuera el corte del casco resistente y posterior soldadura; con las inspecciones de rigor que garantizará prácticamente un casco renovado. El desmontaje y montaje de nuevos equipos y sistemas en el interior del submarino ha sido un proceso ya conocido por el Astillero SIMA.

¿Qué factores inclinaron la balanza a favor de Hyundai, pese a que Daewoo tenía la infraestructura y experiencia?
Efectivamente el Astillero Daewoo Shipbuilding obtuvo por el año 1990 la licencia y capacitación del Astillero HDW de Alemania para construir y reparar submarinos Tipo 209. Pero en el año 2000, el Astillero Hyundai ganó la licitación para construir tres submarinos Tipo 214. Probablemente fue una decisión política de Estado para fomentar la competencia, y promover el desarrollo estratégico del país con dos Astilleros. Tengo conocimiento que Daewoo Shipbuilding fue adquirida y cambio de nombre en el 2022 por el de Hanwha Ocean. Estimo, esa situación colocó en posición más expectante al Astillero Hyundai.
Son gente de Estado…
Gente con visión de Estado. Hyundai fue la empresa que ganó la licitación y construyó tres submarinos Tipo 214 inicialmente. En el 2008 iniciaron la construcción de seis submarinos Tipo 214.
Hyundai fue la que ofreció las mejores condiciones, tanto técnicas como de cooperación, y eso se reflejó en los convenios firmados. Aunque no he leído el convenio, poco a poco están saliendo a la luz los acuerdos. Primero se firmó para la construcción de patrulleras, luego para un buque multipropósito.
Se habla mucho en las redes del KSS-3, submarino coreano que el Perú adquiriría o construiría en sus astilleros ¿eso tiene asidero?
No conozco pormenores, pero lo que he leído es una apertura de que puede ser ese mismo casco, pero con equipos y sistemas fabricados en el Perú.
¿Cuál fue su experiencia como inspector de submarinos?
Fui inspector de los últimos cuatro submarinos construidos entre 1979 y 1980. Aprendí mucho durante ese proceso, ya que debía ir directamente a la fábrica, revisar cada equipo y supervisar las pruebas según los protocolos establecidos. Estando allí, se puede preguntar directamente a los técnicos sobre los principios del funcionamiento y del diseño también.
¿Cómo se complementaba esa experiencia en el campo?
Esa información me sirvió mucho cuando se realizaban las pruebas en puerto. Ya sabía cómo se realizaban las pruebas, qué instrumentos se usaban, qué valores debían alcanzarse. Todo ese conocimiento técnico lo aplicábamos en la práctica. Luego, al salir al mar, ya entendíamos perfectamente cómo se comportaban los equipos. Fue un proceso de aprendizaje continuo y muy valioso.
¿Qué pasó con el paso de los años, con los equipos antiguos?
Con el tiempo, los equipos dejaron de modernizarse. Pasaron más de 30 años funcionando con los mismos sistemas, y empezaron a fallar. Yo tuve la suerte de operar submarinos relativamente nuevos, en los que todo funcionaba. Pero cuando regresé, ya en situación de retiro, alrededor del 2014 al 2016, visité algunas unidades y aprecié que algunos equipos habían dejado de operar. Los fabricantes, o ya no existían o no abastecían de repuestos.
¿Cómo reaccionó al ver esa situación?
Conocí equipos de submarinistas que investigaban con tecnologías de punta y reemplazaban los equipos y sistemas que, por su obsolescencia y carencia de repuestos, ya no estaban operativos. Compartí con ellos mis experiencias y los alenté a desarrollar soluciones.
Desarrollo de tecnología nacional
¿Se ha desarrollado tecnología propia dentro de las Fuerzas Armadas?
Desde los años 90, cuando aparecieron las primeras TCS (Tecnologías de Control y Supervisión), el mismo personal desarrollaba programas para reemplazar funciones de los equipos antiguos. Lo hacían muy bien. Cuando se instalaron los nuevos sonares, se les explicó cómo funcionaban, los operaron correctamente, y todo funcionó como debía.
¿Recuerda alguna anécdota particular sobre esos desarrollos?
Sí, una vez vinieron técnicos alemanes a ofrecernos sonares. Nuestros operadores inspeccionaron sus consolas: por fuera, modernas; por dentro, muy básicas. Un monitor, un teclado, una pequeña CPU escondida. Uno de los técnicos nuestros dijo: “Esto no tiene nada. No vamos a pagar por esto”. Y tenía razón. Tengo entendido que ahora las consolas de operación han sido construidas en el país y son multifuncionales.
¿Cómo se comparaba la tecnología nacional con la extranjera?
Sin duda alguna ofrecen mayores prestaciones que las versiones desarrolladas en el país. Estoy seguro en un tiempo corto y con el apoyo de la I&D, se llegará a los mismos estándares.
¿Y cómo ha evolucionado el procesamiento tecnológico en este campo?
Hoy en día, las computadoras son mucho más pequeñas y potentes. Se ha recurrido a la arquitectura abierta, es decir los equipos pueden ser mejorados renovando con la última versión de la CPU, por ejemplo. Y también hay algoritmos en las redes que se comparte gratuitamente que ayuda en la modernización.
¿Qué conclusiones saca de toda esa experiencia acumulada?
La experiencia acumulada y compartida, nos permite hoy en día hablar con conocimiento sobre la modernización de los submarinos. Y no se trata solo del casco, hay un sonar, un sistema de control de tiro y otros equipos clave. Considero que hemos avanzado mucho, y ese camino se ha construido con esfuerzo, conocimiento y compromiso.
Muy importante el ingenio de nuestros militares, recuerdo al almirante Oscar Penny Cabrera, a quien catalogaban como un gran inventor…
Muy cierto y pedagogo, además, en la Universidad Ricardo Palma. Estuve un tiempo con él en Alemania.
¿Cómo debería estar conformada nuestra fuerza de submarinos en la actualidad?
En mi opinión, si tuviéramos seis submarinos con tecnología de punta, estaríamos hablando de una capacidad operativa realmente sólida y disuasiva. Ese número no es solo una cifra simbólica. Es importante porque, en cualquier flota, siempre habrá al menos una unidad en reparación o en cambio de baterías. Con seis, podríamos tener constantemente tres submarinos desplegados, uno o dos en tránsito, y uno en mantenimiento, lo cual sería suficiente para cubrir un teatro de operaciones tan amplio como el que nos corresponde.
Los submarinos suelen desplegarse desde muy temprano, incluso antes de que se inicie formalmente un conflicto, ya que su traslación es más lenta y las distancias en nuestro hipotético escenario del conflicto, son considerables.
Incluso países con alta tecnología, como Estados Unidos, enfrentan desafíos en este ámbito, ¿no es así?
Así es. Estados Unidos, con toda la tecnología imaginable, aún enfrenta dificultades para detectar submarinos convencionales, conocidos como “silenciosos”. Antes de desplegar un grupo de batalla por seis u ocho meses al Océano Índico o al Mediterráneo, someten a sus unidades a simulacros de guerra. En esas pruebas, uno de los ejercicios clave es simular un ataque con un submarino diésel-eléctrico, como los “tipo 209”, que operan con bajo nivel de ruido.
En esas ocasiones, han recurrido a submarinos chilenos o brasileños para cumplir ese rol, ya que nosotros, en esa época, no teníamos disponibilidad. Recuerdo que alrededor del año 2001, entendí tenían esa necesidad y nos planteó la posibilidad de entrenar con nuestros submarinos. Así nace el DESI (Diesel Electric Submarine Initiative) y cada año se ha desplegado un submarino por 5 a 6 meses a un puerto de los Estados Unidos de América, para llevar a cabo ejercicios con la flota de la US Navy.

¿Cuál es la diferencia entre un blanco simulado y un blanco real?
Es una diferencia enorme. Entrenar contra un blanco que uno mismo controla no es lo mismo que enfrentarse a un submarino con inteligencia propia y criterio táctico autónomo.
¿Participar en ejercicios fuera del país genera desgaste en los equipos?
Por supuesto. Por eso, cuando recibimos una invitación, opiné que debía haber algún tipo de compensación. Los equipos se desgastan más rápido con tanto uso. El mantenimiento preventivo de los motores se adelanta. Finalmente se estableció un acuerdo mediante el cual el submarino antes de ser desplegado recibiría mantenimiento, reparaciones menores y asistencia técnica por parte de la marina estadounidense. Así, se gana experiencia y prestigio.
¿Eso aporta prestigio internacional?
Totalmente. Los elogios y reconocimientos que se reciben en esos ejercicios no son solo gestos simbólicos. Son señales claras que, siendo submarinos de 40 años, son bien operados y mantienen alta disponibilidad operativa.
¿Qué opina sobre la falta de reconocimiento público o mediático en el Perú?
Opino que una difusión de la importancia de la seguridad nacional, crearía conciencia de la necesidad de contar con Fuerzas Armadas modernas y eficaces.
Volviendo al tema principal, ¿considera usted que estamos bien encaminados en cuanto a mantener una fuerza disuasiva creíble?
Sí, estimo que vamos bien. La disuasión no es solo tener un inventario, sino contar con un poder que sea creíble. Y la credibilidad viene de lo que se hace, de cómo se entrena, de cómo se opera.
En nuestro caso, me parece que vamos por buen camino. No hay duda de que llegará el momento de dar de baja a los actuales submarinos, pero ya hay una orientación desde el gobierno y la Marina que está haciendo los esfuerzos concretos en el reemplazo. El manejo del tiempo es clave, y hasta ahora, lo veo adecuado.