En la continua búsqueda de propuestas y salidas a las crisis que afectan a sectores clave de nuestro país, en este caso, el sector Justicia, Política y Estrategia dialogó con la experimentada jurista Roxana Jiménez Vargas – Machuca, exmagistrada superior, docente, y actual árbitro nacional e internacional, quien sostiene que una real transparencia y acceso masivo –en línea– a las sentencias emitidas por los jueces de todas las instancias, permitirá un verdadero control ciudadano y, por ende, un mejor desarrollo de la justicia en el Perú. Jiménez hace hincapié en la importancia de la redacción sencilla de los fallos que emiten los jueces, para hacer accesible a todo el público sus argumentos y consideraciones, también, por una cuestión de justicia.
¿Cómo analizas la crisis del Poder Judicial? ¿Por dónde piensas que radica el principal problema?
Bueno, para mí, el principal problema, no solo del Poder Judicial, sino en general, en cualquier institución o ámbito, son las personas. Porque, el PJ es un poder del Estado, es un concepto, es una entelequia, es como una persona jurídica. Por ejemplo, hay empresas que caminan bien y otras mal ¿Pero por qué caminan bien o mal? Por la toma de decisiones al interior de la gestión de cada una de ellas y esas decisiones las toman las personas. Es igual aquí, el Poder Judicial es una organización y tiene su parte administrativa y las decisiones administrativas y de gestión del Poder Judicial, dependen de personas, igual en la parte netamente jurisdiccional que corresponde a los jueces de todas las instancias, jueces de Paz Letrados, Especializados, Superiores y jueces de la Corte Suprema, tanto titulares como provisionales, todos son independientes, en ellos recae el espacio jurisdiccional, la toma de decisiones. Entonces, si la pregunta apunta a una crisis orientada a la falta de imparcialidad de jueces, entonces hay que mirar cómo están resolviendo sus causas los jueces. Yo sé que la crítica habitual es que los jueces se demoran, resuelven mal y no son imparciales. Esa es la crítica que se suele hacer. Evidentemente, siempre haciendo la salvedad de que hay buenos jueces. Yo he estado ahí y conozco jueces magníficos. Pero claro, lo bueno generalmente no sale a la luz. Es lo malo lo que genera controversia, escándalo, disconformidad. Entonces vamos a hablar de eso, pero siempre haciendo la salvedad de que hay gente buena y no solo en jueces, sino personal jurisdiccional, que son los héroes también, trabajando contra viento y marea, y hacen las cosas bien, me consta. Pero bueno, los jueces, digamos, que no están suficientemente capacitados para producir cuantitativa y cualitativamente, sumado a los jueces que no tienen quizás solidez de principios en algunos casos, entonces el problema se trata del elemento humano.
¿Crees que la falta de ética y la poca preparación suelen ir de la mano?
Muchas veces sí.
¿Consideras que ahí radica la desgracia de nuestro Sistema Judicial?
En gran parte, pero también hay personas brillantes y bien capacitadas y que estén reñidas con la ética, esos son más peligrosos todavía… yo creo que son los menos de todo este espectro, pero generalmente sí, van asociadas la falta de preparación con la poca ética porque generalmente alguien que llega sin estar preparado, se puede sospechar sobre cómo así llegó, cómo se mantiene. Estamos hablando de forma hipotética, posiblemente de corrupción. La gente que se prepara, que estudia y que conoce los temas y que se involucra con cada caso, generalmente es gente buena, porque cuando uno entiende bien los casos, se involucra y lo estudia, es muy fácil que le ingrese en el alma hacer justicia, porque uno siente que entendió el caso y que puede hacer justicia, se emociona: por experiencia personal, no hay mayor placer que ese, hacer justicia a las personas que ya no creen en que alguien les va hacer justicia, eso es lo más emocionante que le puede pasar a cualquier abogado, para cualquiera que ha estudiado la carrera de leyes, eso es el olimpo de la carrera de la profesión.
¿Cómo se pueden conseguir buenos jueces y combatir la falta de ética?
Con filtros mejores, con una supervisión más constante de las sentencias que emiten los jueces, con mayor publicidad y transparencia a los procesos, que todo el mundo tenga acceso fácil, no el acceso que normalmente se tiene, que es difícil, tortuoso llegar a entender. Saber cómo ha sentenciado el juez o la jueza “equis”, ver una clasificación de todas sus sentencias, los autos que saca, es muy difícil, es tortuoso realmente. Pero si se pudiera, y los abogados, y en general la sociedad civil pudiesen ingresar, también, a hacer una supervisión de sus jueces (porque los jueces son jueces de todos), habría más transparencia y, por ende, una mejor justicia.
No sólo son jueces, y esa es la gran diferencia con el arbitraje. Los jueces son jueces de todos, los árbitros sólo son árbitros de un caso, de una controversia y ahí se acabó. En cambio, los jueces, cuando sentencian un caso entre A y B, esa controversia, esa sentencia que emiten, no solo le interesa a las partes involucradas, sino a toda la sociedad, porque son sus jueces y a todos nos atañe saber cómo ese juez está resolviendo ese caso, y esa sentencia le interesa a la Junta Nacional de Justicia, porque a través de cómo están sentenciando los jueces, los evalúan para ratificarlos, destituirlos o ascenderlos. Es así como revisa el superior jerárquico (Corte Superior) las sentencias del juez. Cumplen varias funciones: cada decisión judicial involucra a toda la sociedad; en cambio el arbitraje es confidencial, no es público y solamente se circunscribe a las partes. Es importante que nos interese a todos, cada decisión de cualquier tamaño que tome cada Juez de la República, en cualquier lugar, y ciertamente debería haber un acceso muy sencillo, amigable y directo a todas las sentencias de cada juez,
deberíamos poner el nombre del juez en la plataforma virtual y tener un sistema que nos arroje todo lo que resuelve ese juez. Quiero saber en la corte de Piura cómo están resolviendo los temas de indemnización de daños y perjuicios por mala praxis; poner esos criterios y que nos salgan todas las sentencias de todos los jueces ahí, saber cómo se resuelven las excepciones de incompetencia en cualquier lugar. Si tuviésemos acceso a eso, todo sería más transparente, y esto no es una idea que se me está ocurriendo a mí, no me atribuyo nada, porque fue en el 2004, creo (cuando estaba de jueza de primera instancia), quien tuvo una iniciativa para hacer esto fue la Comisión Andina de Juristas y ellos habían pensado esto, trabajar la transparencia de esa manera, primero quisieron hacerlo con las sentencias de la Corte Suprema pero no tuvieron acceso a la sentencia, en ese tiempo todo era papel y entonces tenían que entregarle sus carpetas con la sentencia, porque todos los jueces estábamos obligados a tener eso.
Pero la realidad ha cambiado…
Ya cambió, entonces es más fácil. Quienes estuvieron dispuestos a darles el insumo para que puedan hacer ese trabajo, éramos los jueces que estábamos asociados, yo en ese tiempo era jueza y en la asociación “Jusdem”, que eran los jueces para la justicia y democracia, nos juntamos y dijimos “nosotros vamos a dar nuestra sentencia”, nos pidieron las sentencias de todo un año, entonces dimos todas las sentencias emitidas el 2004, las fotocopiaron y luego devolvieron nuestro file. Un escuadrón de estudiantes de varias universidades analizó todas las sentencias para hacer una base de datos, hicieron y trajeron el prototipo y, efectivamente, ingresabas por ejemplo mi nombre Roxana Jiménez, y salían todas mis sentencias, de responsabilidad civil, contratos, resolución de contratos, etc.
¿El Jusdem era una asociación?
Si, y en ese tiempo el doctor Francisco Távara era el presidente de la Corte Suprema -si no me equivoco-, y la Comisión Andina de Juristas se vinculó con el Poder Judicial a través del presidente, y se presentó así este proyecto a las Mejores Prácticas Gubernamentales, y ganó un premio, pues era realmente magnífico. Así, se recibió el premio, las felicitaciones, pero todo quedó ahí. Pasó en el año 2005 y no se hizo, como muchos proyectos muy buenos, entre ellos Ceriajus y otros que se quedan en buenas intenciones. Yo he participado como en 15 comisiones a lo largo de toda mi carrera judicial y solamente un proyecto salió… los demás, en el cajón.
¿Esa iniciativa puede contribuir a la mejor administración de justicia?
Sí, yo creo que sí, la transparencia, pone reflectores para que te miren… es lo mejor.
En todos los casos no podría efectuarse esa transparencia porque, entiendo, deben existir algunas situaciones en donde requiere reserva…
Reserva. Sí, claro, en juicios con menores; juicios penales, en donde determinados temas como violación sexual, u otras cuestiones que pueden afectar la privacidad, la intimidad, se necesita reserva. Pero los demás temas civiles, contenciosos, administrativos, o tributarios, no hay ningún problema con la privacidad. Es más, de hecho, la Constitución dice que las sentencias son públicas y también el artículo 139 de la Constitución establece que las sentencias deben ser accesibles al público. Para que el público pueda evaluar a los jueces, no solo como un derecho, sino (en mi opinión) como un deber de la ciudadanía.
Para que ello se cumpla, se tiene que invocar este derecho, pues de muto propio no lo van a cumplir…
Así es, uno se estrella siempre con la burocracia, para ejercer ese derecho se necesitan canales, ahora hay una página web donde están las sentencias, pero es de difícil acceso. Al final es casi como si no hubiera mucho acceso. Yo creo que debería ser más sencillo, amigable y con un esquema de otro tipo.
Muy pocos supieron de la existencia de este tipo de sentencias, abiertas al público.
Sí, eso quedó en proyecto, ganó premios, pero ahí quedó. Después, otra cuestión es la capacitación de los jueces, que debería ser rigurosa. Hace tiempo no veo cómo son los cursos de la Academia de la Magistratura, en mi época judicial fui profesora de la Academia y viajé por todo el Perú, todos los fines de semana, dicté cursos no solo de civil y de procesal civil, temas de Derecho, sino también redacción de sentencias, y dicté esos cursos e hice talleres con jueces de Paz, con Fiscales con jueces hasta de segunda instancia, siendo yo en esa época juez de primera instancia, porque de qué sirve tener a la mano las sentencias, si no las entiendes.
Entonces, lo importante es que el lenguaje sea claro; que por ejemplo los latinismos, se pongan a pie de página, para que no obstruyan el texto; que haya acápites con subtítulos; en fin que se pueda leer más fácil, que se aprenda a redactar con claridad y brindar de ese modo los fundamentos que deben sustentar la decisión. Porque las partes tienen el derecho de saber por qué se decidió, cómo se decidió y, sobre todo, la parte que pierde, tiene mayor interés en saber por qué perdió.
Además, con eso va a poder apelar, porque es otro derecho de la doble instancia.
Y esta es una preocupación que no solamente es peruana. Cuando estuve en mi época judicial, tuve el privilegio de participar en un convenio entre el Poder Judicial peruano y el canadiense, que era la equivalente a la Academia de la Magistratura del Canadá, seleccionaron algunos jueces para que vayan a hacer un curso allá; tuve el privilegio de ser escogida, fuimos dos y fue bien interesante, porque el curso era como comunicarse, tenía varios aspectos pero uno en particular era importantísimo: la redacción clara de sentencias, lenguaje claro y directo, las técnicas para poner frases cortas, una idea en un párrafo, no muchas ideas en una sola frase. Y ese tipo de técnicas para comunicar, que usted conoce mejor que todos, eso se practicaba mucho en ese taller. Organizamos un taller así, acá. Vinieron los canadienses e hicimos ese curso, lo replicamos aquí, esa parte de la redacción de sentencias con ejemplos y todo. He visto que hay muchas tesis y cursos en general en Europa, en distintos lugares, donde se habla de la redacción, la claridad de la redacción y motivación de las sentencias.
Recuerdo cuando estaba de jueza de primera instancia, un día, buscando en libros antiguos, encontré una cosa increíble, una joya, es una circular del presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima de 1899 quien la circuló entre los jueces de primera instancia de la Corte de Lima. Este presidente se llamaba Nicanor León y esa circular es una joya, primero de redacción, bonito, pero además cada párrafo era una idea interesantísima, la circular estaba dirigida a los jueces y era sobre la motivación de las sentencias, expresaba su preocupación por la falta de motivación de las sentencias judiciales y en cada párrafo decía razón por la cual era importante motivar las sentencias.
Hablaba, por ejemplo, de que no hay peor despotismo que el despotismo judicial, que compromete el decoro de la magistratura. Decía cosas como esa. Y después, al final sus últimas reflexiones dentro de esa circular, decía que al lado de todo esto también hay otras consideraciones, destacando que una sentencia bien redactada, bien motivada, permite conocer la inteligencia del juez, su rectitud de espíritu y su capacidad de comprensión del problema de la controversia. Terminaba señalando que la obligación de motivar de manera adecuada las sentencias alejará a los malos candidatos y atraerá a los buenos. Porque la idea es esa, con todo esto yo les quería decir, también, que puede haber técnicas para mejorar las sentencias, puede haber técnicas para dar publicidad y cuando arrojas luz, se destruye lo malo y se queda lo bueno.