La necesidad de que el Perú recupere sus capacidades operativas en la estratégica superioridad aérea, hoy en su mínima (o casi nula) expresión, viene desatando polémica, fundamentalmente, entre tradicionales grupos que, a lo largo de las décadas, cuestionan la inversión en Defensa, ignorando aspectos geopolíticos necesarios para la continuidad del país como Estado soberano y, sobre todo, ignorando el mandato constitucional de las Fuerzas Armadas.
En los últimos tiempos, se recurre a falacias como indicar que el desembolso para financiar la renovación de la flota, podría destinarse a sectores deprimidos como Educación o Salud, cuando los criterios –en este caso—de endeudamiento externo a futuro, corresponde al presupuesto de cada sector. En tanto, existen aspectos, técnicos, políticos y estratégicos, muy importantes a considerar en la adquisición de los cazas de combate que, como se sabe, serían de fabricación norteamericana, francesa o sueca (y quizá coreana), todas las opciones, están alineadas en el sistema OTAN, tal como nos recuerda Andrés Gómez de la Torre, en la siguiente entrevista.
Existe una corriente de opinión cada vez más robusta en contra de la adquisición de los cazas y esta es una tendencia que está liderada por importantes medios de comunicación, se puede advertir que a lo largo de los años y de las décadas el argumento es siempre el mismo: “el país tiene otras prioridades, otras urgencias”, entonces las preguntas serían ¿Debemos entender los peruanos que la Defensa Nacional está en el último escalafón de prioridades del país? ¿Se debe entender que unas fuerzas armadas operativas y modernas son un lujo solo para naciones ricas y sin problemas internos?
Para comenzar, creo que lo que ha fallado es una política de comunicación que depende básicamente de la gestión política del ministerio de Defensa y que estamos pagando los costos de una manera de declarar del ministro, que ha perjudicado la posibilidad de viabilizar ciertas compras. Recordemos que el ministro no solamente dijo que eran antipatriotas, sino traidores a la patria los que se oponían a las compras y, en segundo lugar, dijo que se abrirán carpetas fiscales contra los que se opusieran. Esta manera de polarizar y de presentar el asunto le ha jugado mucho en contra a la posibilidad de las compras. Y esto también tiene que ver con la falta de comunicación del ministro del Interior al decir que se había ubicado y capturado un alto mando terrorista y resulta que todo fue un fiasco: estamos hablando de una falta completa de comunicación para difundir ante la población tanto las necesidades, como los requerimientos, escenarios de la seguridad y defensa. Empecemos por ahí.

Existe esa tendencia entonces, ¿cómo superarla?
El Ministerio de Defensa tiene la responsabilidad de hacer la conducción política, de persuadir, informar, explicar, pero de no confrontar sobre la necesidad de las prioridades. Hay muchas cosas que están en discusión, no solo los aviones de combate. Hay un sentimiento incubado en la prensa acerca de que los aviones que ya se tenían proyectados, los 737 NG que se iban a comprar a Canadá, que se han demorado, son aviones, entre comillas, “presidenciales”. Hay que explicarle a la población que un avión presidencial es lo que quiso hacer Peña Nieto, el expresidente mexicano, priísta, con un Boeing 787, que sí era un avión presidencial con jacuzzi, sala de cine, lujos. En este caso, no se trata de eso, se debe explicar a la población lo que significa, por ejemplo, los vuelos humanitarios, la atención a los peruanos varados en el extranjero cuando hay conflictos internacionales. Hay que subrayar lo que están pasando: los peruanos varados en Beirut, Líbano, Kiev, Ucrania y cómo en el caso específico de Líbano, la Fuerza Aérea de Chile, la FACH, ha suplido esta falta de capacidad operativa de la FAP. Falta hacer una política de información y comunicación que sea adecuada para viabilizar ciertos requerimientos necesarios para la seguridad, defensa y el desarrollo nacional.
¿Ese monto que ha anunciado el ministerio de Defensa esos, 3,500 millones son, no solamente para la adquisición de los cazas, sino también para estos aviones de transporte?
No queda claro, pero lo más importante ahora es que el ministro, más que sea interpelado, vaya a la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno e Inteligencia a explicar qué incluye y qué no incluye ese presupuesto, porque hay varias compras en ciernes, dos aviones Spartan C27J, los propios aviones adquiridos a Canadá, los 737NG, para suplir ciertas carencias en materia de transporte y también los helicópteros, porque es un requerimiento muy importante. Lo que realmente tiene que hacer el Congreso en su tarea de control político, es que la Comisión de Defensa cite al ministro para que, en sesión reservada, brinde la información necesaria de cómo se desbroza este presupuesto, cómo se va a emplear y cuáles son las características de cada compra, porque son varias, no solamente de aviones de combate.

Hay un problema, en efecto, de comunicación, pero lo cierto es que, año tras año, existe una demanda permanente para la adquisición y modernización de la flota aérea de combate. Esta decisión, pareciera, como que ha sorprendido a los propios militares, porque de repente no esperaban que el gobierno tuviera la intención de desembolsar esos montos, ¿o me equivoco?
Bueno, los requerimientos en general son de todo tipo, no solamente para la aviación de combate sino también para la de transporte, carga, para los helicópteros en general. Y obviamente hay requerimientos para otras ramas de las Fuerzas Armadas y la manera en que se ha comunicado estas compras, la forma en que se ha conducido la información ha sido realmente muy limitada, ha tenido una serie de errores, polarizaciones, y lo que hay que hacer es corregir la política de comunicaciones. Se ve clarísimo en el caso del Ministerio del Interior, con la frustrada captura de un supuesto mando terrorista. Sí, es cierto, estamos muy retrasados, esa es la verdad, y hay que hacer una labor mucho más agresiva en términos de información, explicación y sobre todo de la persuasión que debe hacer el sector de defensa, sobre cubrir las necesidades en la Defensa Nacional.
Con relación a las cifras, ya se ha anunciado la decisión del ejecutivo por desembolsar ese monto y es lo que más se cuestiona: dicen que es algo exorbitante, excesivo; el congresista Anderson ya ha mencionado que con ese dinero, se pueden hacer obras monumentales, carreteras inmensas en los andes, etc. ¿No se supone que las cifras y los montos van por canales distintos, por sectores?
Bueno, sin duda todos tienen derecho de opinión y no hay delito de opinión según la Constitución, y esto está claro. Creo que lo peor que podría suceder es que se haya entendido que esto, es un tema de buenos y malos, hay que entender las cosas en sus justos puntos, ver cómo se están financiando estas compras, creo que hay capacidades que hay que recuperar en materia de vuelos humanitarios, en capacidades contra incendios, apoyo cívico. Hay que recordar que las Fuerzas Armadas no solamente tienen la función principal de preservar la soberanía e integridad territorial, sino también del apoyo al desarrollo. De tal manera, en mi opinión, le faltaría al ministro, más que ser interpelado, es que vaya a la Comisión de Defensa Nacional y Orden Interno para que explique justamente cuál es la sectorialidad de estas compras, porque son varias, cuáles están financiadas, cuáles no, cómo se va a usar este presupuesto y cuáles son las alternativas. Porque hasta este momento lo que sabemos es que, en el caso de los aviones de combate, no se ha elegido el modelo específico, se han establecido vallas muy altas en cantidad y en cronograma de recibimiento, o de llegada. Y, por otro lado, sabemos perfectamente que los contratos para este tipo de aeronaves, tan sofisticadas, no es cuestión de semanas, sino es cuestión de meses. Recordemos que Colombia, luego de muchos meses, por no decir años, en noviembre va a decidir recién qué tipo de avión va a adquirir para reemplazar a su flota de Kfir. Entendemos que la Fuerza Aérea Colombiana, tiene una simpatía muy cercana hacia el Dassaut Rafale, y que se le ha caído un proceso de compra. Todo indica que el presidente Petro viajó a Estocolmo, Suecia, y tendría más simpatía por la opción del Gripen de la empresa Saab, sabemos también que España ofrece algunos Eurofigther, cazas de Bloc1 Tranche1. Es decir, estamos en un proceso regional de adquisición y reposición de aviones de combate en el cual todos los países tienen sus peculiaridades, singularidades y tienen que elegir con mucho cuidado todas estas opciones, porque todas suponen, no solamente una compra estrictamente técnico-militar, sino también un carácter político-estratégico que tiene que ser aquilatado por las cancillerías, acción exterior, los sistemas de alianzas, la geopolítica, etc.

Consideramos que es importante aprovechar tu experiencia para analizar caso por caso, la situación de nuestros vecinos, pero antes quería incidir en cómo las Fuerzas Armadas deberían tratar de transmitir, para hacer entender cuál es la necesidad de comprar cazas de combate, porque por ahí es donde está el flanco más difícil de asimilar.
No solamente es el flanco más difícil, a los aviones Boeing 737 se los ha “presidencializado”. Es claro que, lo que el Perú pretende con estas compras no es aumentar sus capacidades operativas, sino más bien recuperar capacidades que ya se tenían y que se han perdido. Y que la Fuerza Aérea lo tenía sobradamente entre los años 70, 80, quizás hasta los noventas. El primer argumento es que, con esto, no se trata de entrar en una carrera armamentista, ni de equipararnos necesariamente con las políticas de otros vecinos, simplemente se trata de tener capacidades operativas mínimas para lograr, justamente, una Fuerza Armada funcional, consecuente y aceptable en función de los escenarios del siglo XXI. Recordemos que, no solamente hay déficit en materia operativa, sino que el Perú es uno de los pocos países de la región que tiene menos actualizado el Libro de la Defensa Nacional, el mal llamado Libro lanco, el “White Paper” peruano, publicado en 2005 y que, lamentablemente, países vecinos como Chile tienen cuatro ediciones, Argentina igual, y creo que Ecuador va por la tercera, entonces hay que definir, también, el planeamiento de la Defensa Nacional con instrumentos que ya caducaron. El libro de la Defensa Nacional que se publicó en el 2005 ni siquiera tiene los mapas actualizados de las fronteras del Perú del año 2011 con Ecuador, frontera marítima y 2014 con el fallo de la Haya. Se trata de tener una visión de conjunto de la defensa nacional y no solamente focalizarlo en un punto específico.
¿Recuerdas cuál ha sido el desembolso entre 2003 y 2004 ejecutó Chile para repotenciar o modernizar sus fuerzas armadas? Porque fueron grandes compras, adquirieron los primeros lotes nuevos de F-16, en ese momento, y los complementaron con los cazas holandeses; también hicieron grandes inversiones en la adquisición de fragatas holandesas y británicas (además de submarinos “Scorpene” nuevos), así como de ingenios militares para su ejército… si mal no recuerdo, creo que esas adquisiciones casi superaron los 10 mil millones de dólares…
Bueno tanto Chile como Ecuador han dispuesto el llamado canon, en el caso chileno el canon cuprífero, en el caso ecuatoriano el canon petrolero y, efectivamente, hay un tema de estado de continuidad. Quizás también hay que entenderlo porque a diferencia del Perú y Argentina, sus dictaduras militares y sus cogobiernos cívico-militares, hubo una diferencia en Chile y eso hay que tenerlo claro, salió con unas cifras económicas muy alentadoras, producto de un modelo de política económica, no fue igual en el Perú de los años 70 con la dictadura militar socialista de izquierda 68-80, tampoco fue Argentina muy feliz en su dictadura militar a pesar que eran de derecha, por el manejo de su política económica. Entonces fue más fácil lograr consensos en la opinión pública, en la población, sobre la necesidad de mantener unas fuerzas armadas no solamente muy operativas, sino con plena operatividad disuasiva y, efectivamente, en el caso chileno, ellos también cultivaron una relación muy especial e importante con los Estados Unidos. Producto de eso es que han recibido y han accedido a misiles de mediano alcance, los AMRAAM, que equipaban a la flota de aviones F-16. Son temas de Estado permanentes, no coyunturales y, efectivamente, Chile ha tenido esa permanencia que le ha permitido tener unas Fuerzas Armadas que, probablemente, sean una de las mejor equipadas de la región, igual que Brasil, que ha tenido visiones de Estado, igual que Venezuela, independientemente de la ideología de los gobiernos. Hay muchos factores por analizar, cuando se quiere poseer fuerzas armadas bien equipadas y modernizadas, hay que ser francos, desde el punto de vista de la fuente abierta, nunca se han escuchado cosas tan estridentes como el caso peruano, referidas a la corrupción en relación a la adquisición de armamento. Entonces hay cierta ventaja que tiene en el caso específico de Chile, que ha tenido una trayectoria de más transparencia, menos crítica a esas adquisiciones, y eso ha contribuido a que ellos tengan una Fuerza Armada con características muy operativas, bastante actualizadas y con factores disuasivos muy marcados.
Se necesita entender qué razones tienen países como Chile o Brasil, para sostener unas fuerzas armadas a la altura de las circunstancias o modernas, y ahora que el Perú está en muy buenas perspectivas de desarrollo, sobre todo portuario, y que tiene muchos activos nacionales que proteger, no posea una flota de superioridad aérea, porque ya sabemos cuál es la situación de los MIG-29, que ya no vuelan y creo que los M 2000 poseen capacidades operativas casi nulas.
En primer lugar, el caso de Brasil es por una estatura estratégica, por una cuestión geográfica y porque, obviamente, Brasil tiene un peso específico en materia de población, de poder nacional, que lo convierte en una suerte de líder, de locomotora en América del Sur. En el caso de Chile, porque ellos siempre han sido de una u otra manera un país que ha tenido conflictos con sus tres vecinos; relaciones muy tensas, guerras o situaciones de tensión. Y, en general, le ha dado mucha atención a su defensa nacional. En el caso peruano y argentino, sí se ve una fuerte caída en el gasto militar, producto de que las dictaduras militares de izquierda en el Perú, y de derecha en Argentina, fueron poco eficientes en el manejo económico. Los argentinos perdieron una guerra estrepitosamente, que fue Malvinas, y entonces hay una suerte de estigmatización sobre la operatividad y la funcionalidad de la Fuerza Armada. Son situaciones distintas, cada país tiene una propia peculiaridad. Colombia tiene una política de defensa también muy bien estructurada, básicamente orientada al ámbito contrasubversivo, pero no descuidando sus capacidades externas. Entonces, hay tomar nota de lo que pasa en la región para ver cuáles son nuestras necesidades y cuál es la estrategia, y cuáles son nuestras amenazas para tener capacidades operativas mínimas.
Entonces es necesaria la modernización, o renovación, de nuestra flota de combate.
Es necesaria, pero tampoco hay descuidar la necesaria renovación y aumento de las capacidades operativas de los aviones de transporte, helicópteros y de los aviones llamados de carga, en general, hay muchas necesidades que cubrir en las coyunturas nacionales que tenemos. Y, finalmente, un comentario: celebro en lo personal, –y esto deberá ser obviamente aquilatado por Defensa y también por la Cancillería–, que las tres opciones de los aviones de combate significan estar alineados con la organización del Tratado del Atlántico Norte. Porque, independientemente de cualquier elección, estamos hablando que el Perú va a ir hacia un proveedor que va a estar dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, y eso también implica repensar qué vulnerabilidades, fortalezas y aspectos negativos y positivos, significa estar dependientes de cualquiera de estos tres países muy alineados, y parte de la OTAN, en un escenario de grandes conflictos internacionales, y cuando aún tenemos, ciertamente, una dependencia de la clásica matriz rusa y exsoviética en nuestras Fuerzas Armadas. El tema es sumamente complejo y no solamente está en la cancha del sector Defensa, también está en la cancha del Ministerio de Relaciones Exteriores porque es parte de la política exterior y de seguridad.

Es un detalle que casi no se está explorando, ¿verdad?
Claro, no se está explorando y es que hay una puntualización. En el caso de que el Perú optara, hipotéticamente, por el Gripen de la empresa Saab, hay que recordar que Suecia no solamente se ha integrado recientemente a la OTAN, sino que también está al filo de la navaja. Porque así como hay analistas peruanos y congresistas militares que dicen que cualquier conflicto internacional puede aparecer de la noche a la mañana, puede ser que Suecia se involucre en el tiempo corto en una guerra con Rusia y es obvio que los primeros blancos objetivos de las Fuerzas Armadas de Rusia serán las instalaciones militares suecas y ellos tendrán que atender sus propias necesidades logísticas y puede ser que se nos caiga por esa posibilidad que existe de la ampliación de la guerra rusa ucraniana, la provisión de un país logístico que va a tener que atender otras necesidades. Es decir, este es un tablero mucho más complejo y difícil de lo que aparenta ser.
Habría que considerar las críticas por las restricciones que se suele imponer en el uso del material norteamericano… esto nos lleva a pensar que la mejor elección, ¿sería el Rafale?
No, en lo personal no estoy a favor de ningún avión en especial, pero en cualquier opción, hay que sopesar también el factor político, estratégico y de los escenarios internacionales. He puesto el caso de Suecia, pero hay que subrayar, también, que la política norteamericana de transferencia de armas, es de muchas limitaciones y condicionamientos, de involucramiento del Congreso norteamericano, si uno opta por aviones norteamericanos, en el empleo y en la transferencia de sistemas de armas aire-aire. Entonces cada país tiene su propia complejidad y eso habrá que ser aquilatado, porque no se trata de salir a comprar carros, se trata de un problema que no solamente es técnico-militar, sino de visión político-estratégica. Tenemos dos ejemplos del caso sueco y norteamericano.
Se habla, también, del Boramae (KF 21) de Corea…
Sí, efectivamente, del caza que es un prototipo, que no ha sido probado en combate, pero es cierto que Corea del Sur tiene ya un pie puesto en el Perú, con aviones que, ciertamente, son de muy buena categoría, los KT-1, también quiere colocar los Golden Eagle, los F-50, es algo que puede considerarse como una cuarta opción, de las tres que ya se conocen, dependerá de la Fuerza Aérea, de la Agencia de Compras Militares, de la decisión política, de analizar cuál es la opción más pertinente y no solamente una perspectiva estrictamente técnica, sino también político-estratégica.