El almirante Jorge Moscoso Flores, ex Ministro de Defensa y destacado líder en temas de seguridad nacional, reflexiona sobre los desafíos estratégicos que enfrenta el Perú en el ámbito de defensa. En una conversación profunda y reveladora con Política y Estrategia, Moscoso aborda las críticas en torno a la adquisición de cazas de combate y analiza cómo se estructura el concepto de “disuasión defensiva” para fortalecer las Fuerzas Armadas del Perú. Además, subraya la importancia de integrar valores patrióticos en la educación nacional para construir un futuro más seguro y comprometido con la defensa del país.
Almirante, en los últimos meses ha habido mucha controversia sobre la compra de cazas de combate para la Fuerza Aérea, sobre todo en un contexto donde existen tantas necesidades sociales. ¿Cómo justifica esta adquisición cuando algunos ciudadanos consideran que esos fondos deberían destinarse a salud o educación?
Comprendo perfectamente la inquietud de la población, y es natural que en un contexto de múltiples carencias surjan estas preguntas. Sin embargo, hay que tener en cuenta la perspectiva estratégica. La Constitución del Perú define claramente que la defensa nacional es una tarea en la que todos los ciudadanos estamos involucrados, aunque la responsabilidad principal recae en las Fuerzas Armadas. Para proteger al país y asegurar la paz, hemos desarrollado un concepto de “disuasión defensiva” que consiste en mantener capacidades militares conjuntas y preparadas para garantizar la seguridad y la soberanía. Esta no es una propuesta improvisada; se viene trabajando desde 2016 y fue aprobada por el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, que está presidido por el presidente de la República y varios ministros.
Algunos críticos argumentan que destinar estos fondos a la compra de aviones va en detrimento de sectores vitales como salud o educación. ¿Este gasto afectará el presupuesto para esos sectores?
No, y es importante aclararlo. La compra de estos aviones no implica recortar fondos de educación o salud. Este proyecto tiene su propio financiamiento a través de un sistema de endeudamiento interno, es decir, un préstamo que debe devolverse en el futuro. Hay un fondo específico, el Fondo de Defensa, destinado a cubrir estos costos sin afectar otros sectores. Lo que se está generando es una desinformación intencionada, pues se ha instalado la idea errónea de que hay que elegir entre hospitales o aviones, y no es así. Ambas áreas son prioritarias y están contempladas en el presupuesto nacional.
¿Entonces, por qué es tan necesario fortalecer las Fuerzas Armadas en un tiempo de paz?
Nuestra ubicación geográfica y la dinámica de relaciones internacionales en la región exigen que el Perú mantenga unas Fuerzas Armadas bien preparadas. No somos una isla; convivimos con países que tienen sus propios intereses, y debemos estar en capacidad de defender los nuestros. La disuasión defensiva no busca generar conflictos, sino tener la capacidad de responder ante cualquier eventualidad. Una nación bien defendida es una nación en paz, y esa paz permite el desarrollo de todos los sectores, desde la economía hasta la educación.
Se han hecho afirmaciones de que estas compras están motivadas por una supuesta amenaza ficticia para justificar los gastos militares. ¿Qué respondería a esos comentarios?
Lamentablemente, hay intereses que buscan desinformar a la población. La idea de crear “amenazas ficticias” es una narrativa que intenta sembrar dudas sobre la transparencia de estas decisiones estratégicas. Pero el propósito de estas adquisiciones es fortalecer nuestra capacidad defensiva y mantenernos al nivel de los estándares regionales. Las Fuerzas Armadas necesitan estar equipadas y actualizadas tecnológicamente para responder a las amenazas modernas, y eso no se logra de la noche a la mañana.
Muchas veces se menciona que la población no siempre comprende estos temas de defensa nacional. ¿Qué podrían hacer las Fuerzas Armadas para mejorar la comprensión ciudadana?
Aquí hay una oportunidad para que el sector Defensa colabore con otros sectores, como el de educación, para explicar estos conceptos a la ciudadanía. En el pasado existían programas de instrucción premilitar y educación cívica que reforzaban el sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el país. Estos programas ayudaban a que los jóvenes conocieran más sobre sus deberes y derechos, así como sobre la importancia de defender la soberanía nacional. Hoy, esos espacios se han perdido, y creo que sería importante reintroducirlos para fomentar un sentido de patriotismo y compromiso en las futuras generaciones.
La educación es clave en la formación de valores, pero también ha sido objeto de infiltración ideológica. ¿Cómo pueden las Fuerzas Armadas y el Estado enfrentar esta influencia radical que ha penetrado en el sistema educativo?
Esa es una preocupación importante. En décadas pasadas, y más recientemente, hemos visto cómo ideologías extremas han penetrado el sistema educativo. Los casos de grupos radicales que promovieron la violencia y el terrorismo, como Sendero Luminoso, son un ejemplo de cómo estas ideas pueden arraigar en sectores vulnerables de la población. Hoy en día, es crucial reintroducir en los colegios y universidades temas como geopolítica, educación cívica e instrucción pre militar en valores nacionales. Si bien es un esfuerzo que debe estar liderado por el sector educativo, las Fuerzas Armadas también pueden aportar en este sentido, promoviendo una formación basada en principios sólidos y en el respeto a la soberanía del país.
Actualmente, el Perú está desarrollando un importante proyecto portuario en Chancay. ¿Cuál es el papel de las Fuerzas Armadas en la protección de estos activos estratégicos?
El proyecto de Chancay es una gran oportunidad para el desarrollo económico y la integración regional. Este puerto tiene el potencial de convertir al Perú en un centro logístico del Pacífico, conectando con Asia y fortaleciendo nuestra posición en el comercio global. Como activo estratégico, requiere de una protección adecuada. Las Fuerzas Armadas tienen un rol importante aquí, pues no solo se trata de asegurar la infraestructura física, sino también de proteger los intereses nacionales en un contexto donde la seguridad económica y la defensa se vuelven cada vez más interdependientes.
Almirante, en varias ocasiones ha destacado la importancia de una ciudadanía informada y consciente de sus derechos y deberes. ¿Cómo visualiza el rol de los ciudadanos en la defensa nacional?
En una democracia, la defensa nacional es una responsabilidad compartida entre el Estado y sus ciudadanos. Es fundamental que todos comprendamos que la seguridad del país no es exclusiva de las Fuerzas Armadas; todos los peruanos somos parte de ella. La participación ciudadana es crucial, y creo que, desde el sector Defensa, podemos trabajar más en educar y concientizar a la población sobre su rol en la defensa del Perú. Esto incluye desde el respeto a las normas hasta el conocimiento de nuestros derechos y deberes como peruanos.
En términos de educación, ¿cuáles considera que son las prioridades para que el Perú esté mejor preparado para los desafíos futuros?
En primer lugar, necesitamos que el sistema educativo retome el enfoque en valores cívicos y nacionales. Los programas de instrucción cívica y patriótica han desaparecido, y con ellos se ha perdido una conexión con nuestra identidad y deberes como ciudadanos. Además, temas como la disciplina y el respeto a las normas de convivencia deberían formar parte del currículo escolar. Estamos en un momento clave donde el país se está desarrollando, y debemos formar a las próximas generaciones con un fuerte sentido de responsabilidad y compromiso hacia el Perú.
Finalmente, en su experiencia, ¿cuál es el mayor reto que enfrentan las Fuerzas Armadas en esta misión de defensa nacional?
El mayor reto es mantenernos a la vanguardia en tecnología y capacidades operativas, mientras trabajamos con los recursos limitados que tenemos. La adquisición de cazas de combate, por ejemplo, es un paso adelante en el camino de modernización, pero necesitamos seguir desarrollando otras áreas y fortaleciendo nuestras capacidades conjuntas. Además, es esencial contar con el respaldo del Estado y de la ciudadanía. La defensa nacional debe ser una prioridad compartida, donde el objetivo no es solo proteger nuestras fronteras, sino también asegurar un futuro de paz y desarrollo para todos los peruanos.
Gracias, almirante por compartir su visión sobre estos temas cruciales para el país. ¿Algún mensaje final?
Solo quiero recordarles que la defensa nacional es una tarea de todos. Es importante que, como ciudadanos, entendamos la necesidad de una defensa fuerte y bien equipada, pero también que asumamos nuestra parte en la construcción de un país seguro y en paz. La educación y la conciencia cívica son esenciales en este proceso. Gracias por la oportunidad de expresar estas ideas, y espero que estas reflexiones contribuyan a una mejor comprensión de la seguridad y defensa en el Perú.
Es cierto lo dicho por el ex Mindef es claro en sus afirmaciones pero es necesario hablar con propiedad los terminos de Seguridad Nacional y Defensa Nacional. Porque sino, nosotros mismos confundimos a la poblacion al hacerles creer que Defensa Nacional es un aspecto netamente militar y no es asi. El campo militar es una parte de la DN como lo es, el politico, social, economico etc. El Peru es el unico pais de la region donde el concepto o connotacion que se entiende por DN es distinto, es asi que para nosotros es el conjunto de medidas, acciones que el gobierno adopta en diferentes campos para lograr la Seguridad Nacional. Para los otros paises hablar de DN es solo para referirse al campo militar. Gracias, solo en el afan de aportar a esta gran revista y felicitaciones por intentar difundir estos grandes temas.