En un país donde el crecimiento económico y la sostenibilidad deben ir de la mano, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (SENACE) se ha consolidado como un pilar estratégico en la gestión ambiental del Perú. En 2024 la institución certificó 222 proyectos por un valor de casi 14 mil millones de dólares, en sectores como minería, infraestructura y energía. En lo que va del 2025, mantiene en evaluación 119 proyectos de inversión por más de 20,500 millones en moneda norteamericana. Política y Estrategia dialogó con Silvia Cuba Castillo, presidenta ejecutiva de dicha entidad, para entender su impacto, los desafíos que enfrenta y su visión del futuro.

Desarrollo responsable

¿Por qué el SENACE es una institución clave para el país?

El SENACE cumple una función fundamental porque nos encargamos de otorgar la certificación ambiental a los proyectos de inversión más grandes del país. Esto incluye sectores estratégicos como minería, transporte, energía, agricultura, hidrocarburos, vivienda construcción y residuos sólidos. Nuestra labor no solo es evaluar, sino garantizar que estos proyectos cumplan con criterios de sostenibilidad ambiental, social y técnica.

Lo más importante es que el SENACE es una entidad con autonomía técnica  de los sectores promotores, lo que garantiza que nuestras decisiones sean técnicas, imparciales y transparentes. Este es un pilar fundamental para atraer inversiones responsables y generar confianza tanto en los ciudadanos como en las empresas.

Independencia y participación ciudadana

Mencionó la imparcialidad. ¿Cómo se asegura el SENACE de que sus decisiones sean realmente autónomas y confiables?

Nuestra independencia es clave. Cuando se creó el SENACE en 2012, el objetivo era que las certificaciones ambientales fueran otorgadas por una entidad técnica sin presiones políticas o económicas. Nosotros nos regimos por criterios científicos y legales, no por intereses particulares.

Además, contamos con una certificación ISO antisoborno y una política de integridad institucional muy estricta. Tenemos protocolos que impiden cualquier tipo de influencia externa en nuestras evaluaciones, asegurando que las decisiones sean 100% objetivas.

Silvia Cuba Castillo
SENACE cuenta con una certificación ISO antisoborno y una política de integridad institucional muy estricta.

Un aspecto clave en la sostenibilidad es la relación con las comunidades. ¿Cómo maneja el SENACE la participación ciudadana en los proyectos de certificación ambiental?

La participación ciudadana es un eje fundamental en nuestro trabajo. Creemos que ningún proyecto puede avanzar sin el conocimiento y la aceptación de la comunidad. Por eso, desarrollamos estrategias para involucrar a la ciudadanía desde el inicio de cada evaluación ambiental.

Uno de los mecanismos más exitosos ha sido la gestión social intercultural. Hemos implementado talleres en lenguas originarias, como quechua y aimara, para asegurar que las comunidades comprendan los alcances de los proyectos y puedan expresar sus inquietudes. También contamos con un aula intercultural itinerante, donde se usa una metodología lúdica para que las personas comprendan su rol dentro del proceso de certificación.

Gracias a estas estrategias, hemos logrado que ninguno de los proyectos que hemos certificado aparezca en la lista de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo. Eso demuestra que cuando hay transparencia y comunicación efectiva, se pueden evitar conflictos y fomentar un desarrollo armonioso.

Impacto económico y ambiental

Desde su creación, ¿qué impacto concreto ha tenido el SENACE en el país?

El impacto ha sido significativo. Solo el año pasado certificamos 222 proyectos por un valor de casi 14 mil millones de dólares, en sectores como minería, infraestructura y energía.

Actualmente, tenemos en evaluación 119 estudios que representan inversiones por 20,500 millones de dólares, lo que demuestra que el Perú sigue siendo un destino atractivo para la inversión sostenible. Algunos proyectos destacados incluyen la carretera central, el puente ashaninka, modificaciones en el aeropuerto Jorge Chávez y un parque eólico en el norte del país.

Además, trabajamos con los gobiernos regionales brindando asistencia técnica a través del Plan Vía Senace, para mejorar la calidad de sus estudios ambientales. Hubo un momento en el que muchos estudios eran rechazados por deficiencias técnicas. Para solucionar esto, brindamos capacitación a los equipos regionales, promoviendo así la inversión pública en las regiones y reduciendo la burocracia.

El futuro de la evaluación ambiental

Hablemos de innovación. ¿Cómo está incorporando el SENACE la tecnología en sus procesos?

La innovación es clave en nuestra modernización institucional. Estamos desarrollando acciones para incorporar la inteligencia artificial en el proceso de evaluación ambiental. 

Por ejemplo, la IA nos permite analizar documentos de miles de páginas de manera más eficiente, destacando los aspectos más críticos de cada proyecto. 

Asimismo, desde hace años, hemos implementado un sistema de cero papel, lo que nos permitió seguir operando durante la pandemia sin interrupciones.

Nuestra meta es seguir avanzando en la digitalización de los procesos, lo que no solo nos permitirá ser más rápidos y efectivos, sino también mejorar la transparencia y la participación ciudadana.

Retos y Proyecciones

¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el SENACE en la actualidad?

Uno de los principales desafíos es ampliar nuestra capacidad operativa. Actualmente, el SENACE no tiene oficinas desconcentradas, lo que dificulta la atención a comunidades alejadas. Queremos fortalecer nuestra presencia en regiones para que el acceso a la información y la participación ciudadana sean más inclusivos.

Otro reto es seguir fortaleciendo la confianza ciudadana. Aún hay sectores que desconfían de los procesos de certificación ambiental, por lo que debemos seguir trabajando en educación ambiental, transparencia y comunicación efectiva.

También enfrentamos el desafío de adaptarnos a las nuevas tendencias en sostenibilidad. El mundo está avanzando hacia una economía más verde, y el SENACE debe estar a la vanguardia en la evaluación de proyectos de energías renovables, infraestructura resiliente y economía circular.

SENACE y el futuro del Perú

¿Cómo visualiza el futuro del SENACE y del Perú en términos de desarrollo sostenible?

Con mucho optimismo. El Perú tiene un potencial enorme para convertirse en un referente en desarrollo sostenible. Desde el SENACE, estamos comprometidos en consolidar un modelo de certificación ambiental que garantice un crecimiento económico responsable, inclusivo y equilibrado con el medio ambiente.

Estamos implementando estrategias de modernización, fortaleciendo la meritocracia en nuestra institución y promoviendo una cultura de integridad. Nuestro objetivo es que, en los próximos 10 años, el SENACE sea visto como una de las entidades más sólidas en América Latina en términos de evaluación ambiental.

El futuro del país depende de que logremos armonizar inversión y sostenibilidad, y en el SENACE estamos listos para liderar ese proceso.

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