El relanzamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en mayo pasado, en el marco de una cumbre de jefes de Estado realizada en la capital de Brasil, pone de relieve la necesidad de consolidar un bloque regional, a nivel político, económico y de seguridad, que ayude a salvaguardar los intereses geopolíticos de sus integrantes. De lo contrario, corremos el riesgo de que Sudamérica permanezca sumergida en una perniciosa irrelevancia geopolítica.

El juego de poderes global, cada vez más intenso, hace necesario contar con un bloque regional que ayude a fortalecer el peso geopolítico de los países sudamericanos, que, salvo Brasil, es escaso a nivel individual, sea en términos económicos, tecnológicos o militares. El camino a seguir es de la Unión Europea (UE), vigente a pesar de que, ya de por sí, varios de los países que la integran son potencias de primer orden (Alemania y Francia, por ejemplo).

Derecha versus izquierda

Desde su creación en el 2003, empero, la Unasur ha sido objeto de cuestionamientos en torno a su viabilidad, teniendo en cuenta las diferencias políticas e ideológicas existentes entre sus miembros, sean de centroderecha o de centroizquierda, así como de la izquierda bolivariana. Es más, se ha llegado a decir que es una organización bolivariana, dado el papel central que tuvo Venezuela en su promoción.

Las contradicciones ideológicas alcanzaron su culmen en el 2018, con la crisis de legitimidad de Nicolás Maduro en Venezuela, cuando seis gobiernos de derecha decidieron retirarse de la Unasur. Es el caso de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, quienes al año siguiente lanzaron el Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), ​​aduciendo que la Unasur está ideologizada, en un intento por mostrar su supuesto carácter bolivariano.

Ideologismo de por medio

El caso es que la ideología siempre va a estar presente en la realidad política de la región, pues es una falacia decir que el Prosur, por haber estado integrado por gobiernos que eran de derecha, estaba desprovista de ella. Aquí el asunto es desmontar las posturas ideológicas y avanzar con sentido pragmático, pues lo que interesa es que Sudamérica adquiera preponderancia geopolítica y fortalezca su capacidad de negociación frente a los poderes globales.

Por lo demás, no hay que olvidar que en la Unasur han estado presentes gobiernos de derecha y de izquierda, incluidos los bolivarianos, y que a pesar de ello se alcanzaron importantes acuerdos en materia de integración, como la creación del Consejo de Defensa Suramericano, que ayude a crear una identidad de seguridad para la región, y de una agencia de noticias, que brinde el soporte psicológico necesario a un proyecto geopolítico de este tipo.

Intereses compartidos

¿Y por qué es necesario contar con una instancia como el Consejo de Defensa Sudamericano, así como con una agencia informativa propia? En el primer caso, para hacer frente a problemas comunes de suma importancia, como, por ejemplo, la lucha contra el crimen organizado trasnacional, un asunto de seguridad nacional para varios países, y la defensa de las reservas de agua dulce, esto último en un contexto de acelerado deterioro climático.

En el segundo caso, para proyectar nuestra visión del mundo y recubrir los intereses estratégicos de la región, los mismos que, en la medida de lo posible, deben estar despojados de sesgos ideológicos. Hay que tener en cuenta que todo proyecto geopolítico, del tipo que sea, debe estar respaldado por el lenguaje, es decir, por la información, a fin de posicionar ideas fuerza que sean compatibles con los objetivos previstos.

Un nuevo intento

Así las cosas, el gobierno de Lula da Silva ha decidido reanimar la Unasur, haciendo que Brasil regrese a ella, paso que han seguido Argentina, Brasil y Colombia. No obstante, en la cumbre de la Unasur realizada en Brasilia surgieron algunas desavenencias en relación a la situación política que reina en Venezuela, pues los presidentes de Chile y Uruguay demandaron la plena vigencia de la democracia en ese país.

En esa situación, Lula da Silva, promotor de la creación de la Unasur durante su primera presidencia, se esforzó por limar asperezas, haciendo notar la necesidad de consolidar una identidad sudamericana más allá de las diferencias ideológicas, resaltando el potencial económico de la región y llamando a incrementar el intercambio comercial intrarregional, incluso a través de una moneda común.

A modo de conclusión

  • Sudamérica debe propender a la unidad como medio de enfrentar los desafíos del mundo de nuestros días, caracterizado por una creciente rivalidad geopolítica entre los grandes poderes, el accionar desembozado del crimen organizado transnacional y el agravamiento del calentamiento global.
  • Los gobiernos sudamericanos deben entender que un proyecto de integración con visión geopolítica debe estar desprovisto de ideología, del signo que fuere, más allá de las diferencias políticas que puedan existir, pues al crimen organizado transnacional y al calentamiento global les da, exactamente, lo mismo si somos de derecha o de izquierda.

❯❯ Carlos Rada Benavides es analista de temas internacionales y de seguridad.