Política y Estrategia conversó con Raúl Diez Canseco, exvicepresidente de la República y actual presidente de la corporación educativa USIL, quien habla sobre la situación política del país, expresa su confianza en una pronta recuperación económica y resalta la importancia que tiene la educación, junto a la investigación en ciencia y tecnología, para nuestro desarrollo.
Señor Diez Canseco, ¿qué opina sobre el retorno a la bicameralidad que ha aprobado el Congreso en primera votación?
Siempre reclamé que el Perú debía tener su Senado. Yo tuve la suerte y el privilegio de ser parlamentario en los 90 y desde ahí se perdió la posibilidad de tener una cámara reflexiva, y los dos años y medio que estuve en el Congreso me hizo ver la importancia de tener un Senado. Ahora, el distrito debe ser nacional y, obviamente, la edad es importante, creo que se está planteando 35 años. De manera que estoy contento de que el Perú vuelva a tener bicameralidad.
La importancia radica en que la Cámara de Senadores va a corregir lo que salga de la Cámara de Diputados.
No solamente corregir, podría mejorar, enmendar o, lo más importante, evitar que una ley precipitada sacada por Diputados sea promulgada de forma irresponsable.
Algunos dicen que esto ha surgido por los parlamentarios actuales como una forma de poder reelegirse. ¿Cómo ve eso?
No, esa aseveración no tiene ningún sentido porque, además, yo sostengo que el tema de reelección es ir al voto popular. Más bien, me motiva pensar que esto va a hacer reflexionar a los parlamentarios que quieran ir a la reelección, porque van a ser calificados, auscultados y, finalmente, será el pueblo el que decida si van a ser reelectos o no. Por lo tanto, estos dos años que faltan vamos a tener la suerte, espero, de ver proyectos de ley importantes, trascendentes, que no estén pensados en las futuras elecciones, sino en las futuras generaciones.
¿Tiene expectativas sobre algún proyecto de ley en especial?
Bueno, yo siempre he pensado que hay que sacar una nueva ley de turismo para reforzar la infraestructura turística. Acabamos de estar en la CADE, en el Cusco, y otra vez “operación carpa”. Nos falta un desarrollo de infraestructura de convenciones, que es el ingrediente perfecto para fortalecer el desarrollo de este tipo de turismo. En Colombia, durante el gobierno del presidente (Álvaro) Uribe, se sacó una ley de exoneración, durante 20 años, a todos los impuestos creados o por crear a aquellos empresarios que construyan centros de convenciones en lugares donde el Estado priorice. Porque hay que entender que invierten millones de dólares en una infraestructura para convenciones, una industria mundial muy grande, y que la única manera de resarcir su inversión es hacer muchos eventos. De manera que eso hay que hacerlo ayer.
¿Sabe si hay algún congresista que esté promoviendo una ley en esa línea?
No que yo sepa. Pero esto se puede hacer muy rápido cuando hay buena voluntad porque, además, creo que haría una armonía perfecta con el Ministerio de Economía, teniendo en cuenta que aquí no se trata de exoneración de impuestos a lo ya existente. El desarrollo turístico necesita mayor infraestructura, para lo que hay que conseguir una mayor promoción del turismo en el país.
¿No se anima a presentar un proyecto de ley sobre el tema?
No, yo estoy muy concentrado hoy en día en el mundo del conocimiento, porque estoy convencido, como alguna vez me enseñó el presidente Belaunde, que la única manera de construir riqueza en un país donde no la hay, es el ajuste equitativo en la distribución del conocimiento.
Claro, la educación es un tema muy importante sobre el que queremos conversar con usted en esta entrevista. No obstante, a fin de terminar primero con el tema político, nos gustaría saber cómo ve el gobierno de Dina Boluarte.
Mire, primero aprendamos a respetar las leyes y la Constitución. Ella llega a la presidencia con mandato constitucional a la hora que vacan al presidente por intento de golpe, que está demostrado por todos lados. No es el momento de decir si estaba o no preparada. Lo segundo es que hay que reconocer que, a partir de ese cambio en la presidencia, el Perú tiene una luz al final del túnel. Era un desastre, la corrupción había llegado por todos lados, el país estaba paralizado. Julio Velarde, presidente del Banco Central, dijo que se fueron 20,000 millones de dólares en cuestión de segundos. Y ahora todavía estamos pagando esa factura, porque no hay apetito de los inversionistas extranjeros en obras importantes por el tema de la confianza. De modo que sí pienso que ha habido un avance. Lo otro es que vengo de la CADE, a dónde fui muy pesimista, pero debo reconocer que mi pesimismo se transformó en esperanza, pues, si este gobierno logra poner en práctica el 50% de lo que escuchamos, el Perú se pone a caminar.
Los viajes de Dina Boluarte son materia de cuestionamientos. ¿Considera que son positivos para promover la imagen del país?
En el mundo de hoy, los presidentes son grandes promotores de sus países. Eso es importante, porque el espacio que tú dejas, es ocupado por tu adversario. Si ponemos en la balanza esos viajes, más son los pros que los contras. En el caso del viaje a Estados Unidos, el presidente (Joe) Biden convocó a una reunión con sus pares latinoamericanos para ver sus necesidades, sus proyectos con el BID. De modo que los peruanos estamos tan pesimistas y tan golpeados con todo lo que hemos vivido, que no creemos en nada ni nadie. Bueno, ese es el reto del gobierno, prender la chispa de la credibilidad.
Regresemos entonces al tema de la educación. El caso es que los niveles primario y secundario de la educación nacional están muy mal y ese es el insumo que tienen las universidades para formar buenos profesionales.
Mire, acaban de aprobar que, dentro del proyecto de obras por impuestos, van a haber servicios por impuestos. En otras palabras, se puede salir del ladrillo y el cemento, con los que se han hecho varios colegios, para pasar a la capacitación de los maestros. Hay que hacer transferencia de conocimiento en los colegios públicos, porque ahí está la esencia de la lucha contra la pobreza. Creo que hay una gran oportunidad… El problema del Perú ya no es que no tenemos el dinero; obviamente, no nos sobra, pero no sabemos invertirlo adecuadamente. Si se analiza lo que ha entrado por canon y que pasó con esos recursos… El gran problema es que no hay técnicos suficientes en las provincias para ejecutar las obras. Tenemos que activar los miles de millones de los que habla el gobierno para echar a andar la economía en obras de desarrollo inclusivo. La palabra inclusión tiene que ser el leitmotiv del desarrollo nacional.
Hay algunos cursos que se han retirado del currículo escolar, como educación cívica y geopolítica. ¿Qué opina de ello?
Los valores patrióticos se cultivan en los colegios. Creo que el Ministerio de Educación debería regresar esos temas al currículo escolar. Porque no solamente es eso, también es acercarlos más al desarrollo, porque no todos pueden ir a una universidad. La actual ministra tiene ese gran reto, debe convocar a los privados.
Hace algún tiempo, León Trahtemberg propuso detener un par de años el sistema educativo para enfocarse en operaciones básicas y comprensión lectora. ¿Qué le parece este tipo de propuestas?
Bueno, siempre hay propuestas innovadoras, pero lo cierto es que el tema de la comprensión lectora se ha perdido, la gente no sabe leer o no entiende lo que lee, y eso es un drama. Y porque se ha quitado del sistema educativo lo más importante, que es la meritocracia. Cómo le vas a quitar al maestro que se esfuerza la posibilidad de mejorar económicamente y de ascender. Es decir, todos son iguales. Hasta en el cielo hay jerarquías.
Es cierto que la educación es fundamental para el desarrollo del país, pero de la mano también debería ir el tema de la inversión en ciencia y tecnología. El Perú tiene uno de los índices más bajos en inversión en ciencia y tecnología en la región, y los políticos no suelen hablar de este tema. ¿No deberían estar concatenados estos dos aspectos?
Pero claro. Si usted ve la legislación de otros países en ciencia y tecnología, las empresas invierten en investigación. Lo que pasa es que en el Perú hubo un pésimo manejo de eso y vino un gobierno que dijo “eso es corrupción, se acabó”. Hoy día, sin investigación no vamos a ningún lado. Pero, ojo, acabo de estar en Ica, en el SITE, que nosotros creamos cuando fuimos gobierno, y, por supuesto, ahora es 20 o 30 veces más grande. Y el equipamiento que estos ojitos vieron, me quedé boquiabierto: millones de dólares. Hoy día, con esos equipos, se puede dar valor agregado a nuestras exportaciones agroindustriales. Y sacar vitaminas de los productos bandera peruanos y volvernos pioneros en el desarrollo de esos temas. Y, por supuesto, las universidades están investigando, pero con muchas limitaciones, porque tú vas a una empresa y la empresa no tiene estímulos para investigar.
Se necesita, entonces, una política de incentivos.
Sí, que motive a las empresas, porque también es una buena manera de desarrollar nuestra economía. Hay que motivar al sector privado a investigar y para eso hay que darle un marco legal y tributario adecuado, que promueva la investigación en el país. Y sobre todo en algo en lo que el Perú se ha puesto fuerte, en alimentos, donde podríamos ser pioneros.
Hablando de economía, ¿cuál es su percepción del manejo económico actual?
Mire, yo escuché al ministro de Economía con mucho detenimiento y le repito lo que ya le dije: si este gobierno logra poner en práctica el 50% de lo que hemos escuchado en la CADE… No se necesita cambiar al ministro, se necesita ejecutar lo que se ha dicho. Y un Congreso que no petardee lo que quiere hacer el Ejecutivo y formar una cosa monolítica entre el gobierno, el sector privado y la academia para sacar al Perú adelante. Yo creo que las condiciones están pintadas, hay que terminar el cuadro.
Ha hecho mucho daño la paralización de los proyectos mineros, ¿no?
Horrible. Y, además, lo que queda claro cuando tú ves cómo sufrió el Perú con el tema del canon minero en las paralizaciones que ha habido. Bajó de 7,000 millones a 5,000 millones. No debemos olvidar que el Perú es un país minero. El hecho de que los recursos derivados del canon minero no hayan sido bien invertidos, por la corrupción y por falta de gestión adecuada, no significa que ese modelo no sirva. Con la minería podemos hacer los mejores colegios y hospitales en las zonas de extrema pobreza. Por eso es que a mí me parece espectacular la idea de obras por impuestos, porque ahora sí esas mineras se van a preocupar de que ese dinero que generan sus impuestos se invierta de manera adecuada.