El expresidente del Congreso, ex primer ministro, abogado y político de larga trayectoria, Ántero Flores-Aráoz, asegura que la actual crisis política es la peor que ha visto en su vida y que puede llevar al Perú al despeñadero. Siendo una situación de locura, propone, sin ningún atisbo de broma, que solo la convocatoria del psiquiatra Max Hernández tendría la capacidad de lograr consensos y de llamar a la calma institucional.

No es nada raro que en el país se produzcan situaciones de caos y crisis política como la actual. ¿Qué opina sobre el tema de la fiscal de la Nación?

Mira, te soy muy franco, el Perú ha vivido muchas crisis, pero como esta no he visto ninguna. No porque sea la más o menos grave, sino por lo insólita que es. Es una guerra de todos contra todos y, encima, entre instituciones. Es una cosa de locos… Esto es de manicomio, nunca he visto una situación así.

¿No tiene precedentes entonces?

Que yo conozca no. Es un pugilato colectivo, de todos. No hay uno que esté bien con el otro y lo peor es que antes podías tener algún expresidente que llamara a la concordia, a la conciliación o reconciliación, que hiciera de árbitro o de un amigable componedor. Ya no tienes a Alan García, que se murió; Belaunde, que podría haberlo hecho, ya se murió; Kuczynski, procesado; Fujimori, preso; Ollanta Humala, con problemas judiciales; Vizcarra, perseguido, jurídicamente hablando.  ¿Quién hay? No hay quien. Y entre los poderes del Estado, el presidente del Congreso, mudo y un mudo no puede llamar a la conciliación. La presidenta (Dina Boluarte), debilitándose y acusada. Los otros organismos autónomos, el Defensor del Pueblo, aparentemente, no tiene ni las luces ni tampoco la envergadura moral, presencial, política, para poder llamar a una conciliación ¿Después quién más? La fiscal de la Nación metida en el lío; el presidente del Jurado Nacional de Elecciones, hombre de la Corte Suprema, pero complicado y acusado por mil y un partidos de participar en algún fraude electoral. Sigues dando vueltas. ¿Quién otro? El presidente del Tribunal Constitucional, muy joven, recién se inicia y puede ser jurídicamente muy potable y muy preparado, pero no tiene la experiencia para actuar en este tipo de conciliación. No tenemos quién. El otro es el presidente del Banco Central de Reserva, pero su expertise es otra. No tenemos quien haga esa labor que debería hacerse. Ojalá que, siquiera, pudiera animarse hacer una cosa así el secretario ejecutivo del Acuerdo Nacional, el doctor Max Hernández, quien, además, es psiquiatra de profesión (y que en una situación de locura sabe más cómo tratar a la gente).

¿Existe algún aspecto positivo que se pueda rescatar de todo este marasmo, que marcha hacia la anarquía?

Discúlpame, no lo veo y, encima, con agravantes. El agravante es el momento en que esto se está produciendo. Estamos a una semana del aniversario de la salida de Castillo y de la asunción de la señora Boluarte y se están anunciando marchas y estas pueden terminar en violencia… Y si encima la Fiscal de la Nación hace denuncia contra la presidenta, ministros, exministros, por los muertos y por los heridos de los sucesos de diciembre del 2022 y enero del 2023, ¿qué general de la Policía, qué oficial, o qué suboficial se atrevería a intervenir repeliendo actos de violencia o de saqueos y vandalismo, que se pueden producir? Si saben, caramba, que desde el Ministerio Público en lugar de apoyarlos se les denuncia. Esta situación le cae como anillo al dedo a los organizadores de esta marcha.

Tenemos una presidenta de la República que tiene alrededor de 85% de desaprobación y un Congreso que está también por esos índices…

Eso no interesa. Nunca esos porcentajes han sido diferentes, quizá un poco menos malos, pero nunca un Congreso ha sido popular y los presidentes de la República comienzan con un buen porcentaje cuando juramentan y terminan hasta las caiguas cuando salen.

Pero la presidencia de Boluarte empezó con bastantes críticas…

Pero lógico. No por las cosas que no hace, ni siquiera por las que hace. No es santo de mi devoción, ni siquiera la conozco, pero todas las cosas las ha heredado y es difícil su posición. Tiene que virar, tiene que cambiar de rumbo. Lo está haciendo, no lo manifiesta, explícitamente, aunque si implícita, pero la gente le pide que lo exprese ya claramente, porque sin eso no viene la reactivación económica, no hay inversiones, no hay trabajo. Quien ve desde fuera lo que está sucediendo en estos días en el Perú, ¿va a poner un Cristo partido por la mitad en el Perú?

Esto te lo digo con conocimiento de causa. Yo soy abogado que me dedico a las cosas empresariales. Yo no veo juicios de alimentos, ni asuntos penales. Este estudio se dedica a temas empresariales, conozco la mentalidad de los empresarios y lo primero que te preguntan cuando quieren hacer inversiones: ¿hay estabilidad jurídica y estabilidad política?, ¿las reglas se cumplen?, ¿la tributación es predecible?, ¿las normas legales duran tiempo?, ¿es confiable tu Poder Judicial? Todo eso preguntan y qué les puedes decir. No le vas a mentir, tienes que decirles la verdad.

¿Cuál es la solución? ¿Apuntalamos a Boluarte o que se vayan todos cómo están proponiendo?

Yo no creo que se vayan todos sea lo adecuado, porque si la señora Boluarte se va antes de tiempo y no tiene vicepresidente, quien asume la presidencia es un mudo: el presidente del Congreso. Y si la cambian por cualquier otro, ¿con qué experiencia? Y tiene, de acuerdo con la Constitución, que llamar de inmediato a elecciones generales. ¿Quién va a venir? Si todo el centro político está tugurizado. Apuesto, doble contra sencillo, que gana otro izquierdoso, peor que Castillo en este momento. Yo creo que pensar en sacar a la señora Boluarte e ir un proceso electoral significaría un retroceso muy grande para el país y, encima, le estarías dando, también, la posibilidad de que te quieran cambiar la Constitución con una Asamblea Constituyente y eso no sería solo inconstitucional, porque atenta contra el artículo 206 de la Constitución, sino una cosa más grave: habría la posibilidad de cambio del capítulo económico, que es sensacional. No conozco un capítulo económico mejor que este, que haya pensado en la mayoría de la gente, en el bienestar, en la elevación de los niveles de vida.

¿Qué consejo o qué salida se animaría usted a recomendarle a la presidenta?

Que llame corriendo a Max Hernández y a un Consejo de Estado y entre todas las altas autoridades del Estado hablen, como se dice, a calzón quitado, dejen de lado tantas controversias y se pongan a trabajar todos en conjunto por el Perú.

¿Tendría que ser Max Hernández o alguien como Max Hernández?

Dime, ¿quién es como Max Hernández?

Pareciera ese planteamiento que la salida de la crisis la tuviera solo una persona.

Es que hemos eliminado a todos los demás. Acuérdate que he comenzado por decirte que no hay ningún expresidente que tenga la categoría moral y política que puede reunir a los demás. ¿Alguna de las autoridades actuales, de las altas autoridades? Ninguna, porque todas están confrontadas. Tiene que ser alguien de afuera. ¿Quién de afuera? Si ves a alguien que no sea Max Hernández, te ruego que me lo digas, yo no veo otro.