El 21 de marzo se conoció que la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) realizó un lanzamiento de prueba de un misil hipersónico desde un avión B-52H, que despegó desde la isla de Guam. Se trata de un nuevo esfuerzo de parte de Estados Unidos por cerrar la brecha que existe en este ámbito con China y, sobre todo, Rusia, país que emplea estos misiles en el conflicto armado que libra contra Ucrania.

Según la USAF, se lanzó “un prototipo completo de misil hipersónico operativo”, que no es otro que el AGM-183A, conocido como Arma de Respuesta Rápida Lanzada desde el Aire (ARRW). En ese sentido, señaló que la prueba ha permitido obtener “información valiosa” sobre las capacidades de este tipo de misiles, que servirían para “validar y mejorar” aspectos relativos a su desarrollo. 

Mensaje para China

El hecho de que la citada prueba se haya realizado en el Pacífico Occidental pone de manifiesto la intención de Washington de enviar un mensaje de fuerza a Pekín, con quien compite por la preeminencia en esta parte del mundo, que tiene como puntos calientes a Taiwán y al mar de China Meridional. Al respecto, Guam representa un punto clave en la estrategia de contención de China que ejecuta Estados Unidos en el Indo-Pacífico.

A propósito, Estados Unidos tiene la determinación de desplegar en Guam, próximamente, misiles balísticos de medio alcance (MBRM), hecho que tiene el potencial de agravar aún más las tensiones con China. Por lo demás, no hay que olvidar que el gigante asiático puede alcanzar esta isla con los DF-26, misiles balísticos de alcance intermedio (IRBM), conocidos como Guam Killers.

Rusia sigue a la cabeza

Con todo, a pesar de los avances que realiza China en el desarrollo de misiles hipersónicos y los esfuerzos de Estados Unidos por no quedar rezagado, es Rusia el país que está a la cabeza en la producción de los mismos. Esto es algo de lo que se vanagloria Vladímir Putin, a sabiendas de que, cuando Washington consiga producirlos, Moscú, probablemente, estará poniendo en servicio una generación más avanzada de estos ingenios.

Por lo pronto, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia emplean en Ucrania, desde casi el inicio de la guerra, el misil hipersónico Kh-47 Kinzhal, en ataques contra objetivos de alto valor situados en las ciudades, sobre todo en Kiev, como centros de mando, industrias militares y centrales eléctricas. Las plataformas empleadas para estos lanzamientos son los aviones MiG-31K y Tu-22M3.

Prioridad número uno

Así las cosas, el desarrollo de misiles hipersónicos se ha convertido en un asunto de vida o muerte para China, Estados Unidos y Rusia, dado el enorme potencial bélico que tienen estos proyectiles no solo en términos de velocidad, lo cual ya de por sí es bastante, sino también de maniobrabilidad, dado que pueden cambiar de trayectoria en pleno vuelo. Dos características que dificultan, en extremo, su interceptación.

Hay que tener en cuenta, además, que estos ingenios también pueden portar ojivas nucleares, lo que otorga una nueva arma, temible por lo demás, a la disuasión nuclear de estas y otras potencias, que ya cuentan con misiles balísticos y de crucero para ese cometido. Máxime cuando ningún sistema de defensa antimisiles actual es capaz de hacer frente a las armas hipersónicas y, por lo que parece, no habrá uno en un buen tiempo.

❯❯ Carlos Rada Benavides es analista de temas internacionales y de seguridad.