El sistema británico en cuestión es el DragonFire, que reforzará la defensa antiaérea de los buques de guerra de la Royal Navy, permitiéndoles abatir drones y misiles de todo tipo. Y es que esta clase de armas puede golpear objetivos a la velocidad de la luz con una precisión inigualable y, encima, resistir las interferencias electromagnéticas. Por si eso no fuera suficiente, su costo es, significativamente, más barato que las municiones convencionales.

Destruir cualquier cosa

El desarrollo de las armas láser apunta no solo a abatir drones y misiles, sino que también pretende derribar aeronaves tripuladas (cazas, bombarderos y helicópteros), que son más grandes y pesadas. Lo mismo es aplicable en el ámbito naval, pues, por lo pronto, solo es capaz de hundir botes. En el ámbito terrestre, por ejemplo, se trabaja en láseres potentes, ideados para destruir carros de combate.

El tema del coste es un asunto a tomar muy en cuenta, sobre todo en el marco de una guerra de alta intensidad, como la que tiene lugar en Ucrania. En ella ha quedado claro lo gravoso que resulta utilizar sofisticados misiles para destruir drones kamikaze. Como también se ha demostrado la eficacia del empleo de drones kamikaze para destruir vehículos blindados, incluyendo tanques principales de batalla, mucho más caros. 

También misiles nucleares

Con todo, quizá los activos más valiosos que puedan llegar a destruir los sistemas de armas láser son los misiles balísticos nucleares de largo alcance (ICBM o SLBM), puesto que con ello se abriría una nueva era en la disuasión nuclear. En este caso, estamos hablando ya no de sistemas tácticos, sino estratégicos, que también podrían poner fuera de combate satélites, privando al enemigo de sus ojos y oídos más preciados.

La idea de utilizar láseres para interceptar misiles balísticos nucleares data de mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando la administración Reagan promovió la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI, por sus siglas en inglés), más conocida como Guerra de las Galaxias. Esta preveía el empleo de sistemas de armas láser basados en el espacio para derribar los misiles soviéticos en caso de una guerra nuclear.

Próximo destino: Ucrania

En este contexto, el ministro de Defensa británico, Grant Shapps, ha señalado que su país planea transferir a Ucrania prototipos del DragonFire, incluso si no están finalizados al 100 %, lo que podría hacer factible su entrega este año o el próximo. Ello, teniendo en cuenta la perentoria necesidad de armas que en estos momentos tiene el Ejército ucraniano, que lo lleva a mantenerse a la defensiva.

Dicho sea de paso, Rusia afirmó en mayo del 2022 que tenía prototipos de armas láser operando en Ucrania, dirigidos a derribar drones enemigos, que tantos dolores de cabeza provocan al mando ruso, que observa cómo destruyen grandes cantidades de material blindado y cómo perforan, una y otra vez, su sistema de defensa aérea. Si la guerra continúa, pues, no hará falta mucho tiempo para ver el uso de sistemas láser operativos en uno y otro bando.

❯❯ Carlos Rada Benavides es analista de temas internacionales y de seguridad.